Estoy casi seguro que todos habéis probado en mas de una ocasión los filetes de contramuslo: unos filetes muy jugosos y no tan secos como pueden ser los de pechuga. Y lo mas seguro es que la forma mas habitual de consumirlos haya sido a la plancha, una forma deliciosa y que a nosotros nos encanta, ademas de ser muy ligero y sano.
Sin embargo, como en casa siempre los preparábamos así, un fin de semana buscamos recetas para prepararlos de forma diferente, algo original. Y con esto, terminamos encontrando esta receta en el blog Azafrán en hebra. Nos gustó la sencillez y la original salsa que acompañaba al pollo, así que nada: delantal puesto y manos a la obra! Y no nos arrepentimos de realizar este plato (bueno si, pero solo de no haber hecho mas cantidad..jeje), ya que al sabor del pollo le venia de maravilla el punto suave y ácido al mismo tiempo de la salsa. Probarlo y ya nos contareis!
Poco mas puedo decir de este plato, salvo que nosotros quedamos muy sorprendidos por el resultado, así que solo queda que probéis por vosotros mismos y descubráis este delicioso sabor. Ahora... a ponerse el delantal y a la cocina!
Ingredientes (2 personas):
2 filetes de contramuslo de pollo
1/2 cebolla
1 vaso de vino blanco
El zumo de 1 limón
Ralladura de 1 limón
1 cucharada de mantequilla
1 brick de nata (crema de leche) para montar (200 ml)
Una pizca de nuez moscada
Sal
Pimienta
Aceite
Preparación:
Cortamos la cebolla (no es necesario hacerlo muy finito, ya que despues lo pasaremos todo por la batidora).
Los filetes los partimos igualmente en trozos de tamaño mediano, intentando que sean mas o menos iguales. Esto hará que todos los trozos se cocinen en el mismo tiempo.
En una sarten, ponemos la mantequilla junto con un poco de aceite y a fuego medio-alto, cuando esté caliente, iremos echando los trozos del pollo. Los doraremos por los ambos lados.
En este momento, cuando ya el pollo esté dorado, verteremos la cebolla picada y dejaremos pochar.
Cuando la cebolla esté ya pochada (cuando empiece a tener un tono dorado y veamos que ya está blandita), vertemos el zumo del limón, el vino, un poco de pimienta y sal. Bajaremos un poco el fuego y dejaremos que el pollo vaya adquiriendo todos los sabores.
Comprobaremos con un tenedor el pollo pasados unos minutos, y cuando veamos que ya está tierno, lo sacaremos y dejaremos reservado. Subiremos el fuego y dejaremos reducir la salsa hasta la mitad.
Aparte, en un cazo, vertemos la nata (crema de leche), la ralladura, una pizca de nuez moscada y un poquito de sal. Llevaremos a ebullición a fuego medio-bajo, pero sin dejar de remover para que no se nos queme.
Vertemos la mezcla de la nata (crema de leche) y la salsa que dejamos reduciendo en un vaso de batidora. Batimos hasta obtener una salsa bien ligada.
Ponemos de nuevo los trozos del pollo en la sarten y vertemos encima la salsa triturada (que antes habremos probado y rectificado de sal). Lo dejaremos a fuego bajo unos minutos para que se unan los sabores.
Serviremos caliente.
¿Os ha gustado esta forma de preparar pollo? Tengo que decir, que aunque nosotros hayamos preparado este plato con los filetes de contramuslos, también se puede preparar con otras partes del pollo, y seguro que queda igualmente buenísimo. Eso ya es decisión vuestra. Esperamos que os animéis a probarlo, que seguro no os defraudará!
Un saludo a tod@s y buen provecho!