La receta definitiva, jugosa y rica
El peligro del Pollo asado casero, y a veces del comercial, es que suele quedar seco como la mojama. Para ello empleamos dos trucos: de un lado elevamos la pieza sobre un salvamantel para que el calor circule también por debajo y no nos quede la carne en contacto directo con la bandeja, que siempre se hará más. De otro, hidratamos la carne cara quince minutos con los líquidos que le echamos (agua o vino) y los jugos del propio pollo. Hay que ser constante. Yo recomiendo que cada quince minutos abramos el horno y reguemos generosamente la superficie de la pielY en cuanto al adobo, no escatimar y ser generosos en especias, hierbas, aromatizantes…lo que decidamos echarle.
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Ingredientes:
1 pollo de kilo y medio aproximadamente
1/2 l. vino blanco seco
1 limón
Tomillo fresco
Romero fresco
Orégano
3 hojas laurel
3 dientes ajo
Pimienta negra
Sal marina
Aceite de oliva
Preparación:
Lo primero será mezclar en un bol las hojas de laurel partidas, tomillo y orégano. Sin escatimar cantidades
En una fuente de asar, ponemos el pollo, lo bañamos en AOVE y lo embadurnamos con la mezcla de hierbas
Lo salpimentamos muy bien. Por fuera y también por dentro. Sin miedo a usar sal marina y pimienta
Lo regamos bien de limón y le metemos las cáscaras en el interior
Metemos dentro también una buena rama de tomillo, otra buena rama de romero y tres dientes de ajo a los que les hemos dado
Atamos los muslos por la parte del extremo, ponemos las alitas “en la espalda del pollo” y, aquí viene el truco, lo ponemos sobre una rejilla para que el calor circule por debajo y no esté en contacto con la superficie caliente de la bandeja
Lo regamos con el vino y lo metemos al horno, unas dos horas, a 180°C, calor arriba y abajo. Lo ponemos en el tercio inferior.
Cada 15 minutos lo regamos con el vino. Si se nos queda sin líquido, añadimos más. A la hora le damos la vuelta, no al pollo sino a la bandeja
Y pasado este tiempo comprobaremos que está dorado por fuera y súper tierno y jugoso por dentro. Y a disfrutarlo.