Mi versión de un plato con un sabor increíble.
Ingredientes para 2 raciones:
1 pechuga de pollo deshuesada
1 calabacín mediano
1/2 cebolla roja
1 diente de ajo
2 hojas de albahaca
1/2 cucharadita de las de café de comino
1/2 cucharadita de las de café de pimentón picante
1 cucharadita de las de café de jengibre fresco rallado
1 cucharadita de las de café de cúrcuma fresca rallada
200 ml de leche de coco para cocinar
Aceite de oliva virgen extra
Sal
Elaboración:
Cortar el pollo y el calabacín a dados y picar la cebolla no demasiado fina.
Sazonar y saltear el pollo, con un poco de aceite, hasta que empiece a dorarse. En un wok resulta ideal. Retirar y reservar.
Añadir algo más de aceite y cocinar el calabacín junto con la cebolla durante 5’, a fuego medio.
Incorporar el pollo, junto con el ajo y las hojas de albahaca finamente picados, el comino, el jengibre, la cúrcuma y el pimentón, remover y seguir cocinando hasta que el ajo empiece a desprender su aroma.
Verter la leche de coco, rectificar de sal y cocinar 5’ más, a fuego medio bajo.
Desde que probé este plato, me propuse cocinarlo. Hay diversas maneras de prepararlo, con pimiento o sin él, con chile rojo, con chile verde, con curry amarillo, con curry verde … Inspirándome en éste último, he optado por elaborar mi propia mezcla, eligiendo de entre sus diversos ingredientes aquellos que es más habitual que tengamos en nuestras cocinas. El jengibre y la cúrcuma pueden ser en polvo, aunque en fresco aportan unos aromas más intensos. El resultado, espectacular! Probadlo y seguro que repetiréis.