Siempre es agradable encontrar distintas texturas al comer. Encontrar de repente un crujiente o incluso, cierto matiz dulce es fantástico.
Este pollo lo tenéis que hacer, porque sorprende el aroma y las distintas texturas. Suele ser picante, y aunque yo le añadí tabasco suele contener guindillas
INGREDIENTES (4 raciones):
500gr de pechuga de pollo
5 dientes de ajo
2 cucharadas de jenjibre en polvo
1 cebolla
5 cucharadas de cacahuetes pelados tostados sin sal
tabasco al gusto
Para el marinado del pollo:
4 cucharadas de vino blanco, 4 cucharadas de salsa de soja, 2 cucharadas de maicena, sal y pimienta
Para la salsa del wok:
8 cucharadas de vinagre, 8 cucharadas de salsa de soja, 8 cucharadas de caldo de pollo, 4 cucharadas de aceite de oliva y 4 cucharadas de azúcar
Calorías por cada ración=250-300
PREPARACIÓN:
Primero preparamos el marinado del pollo, mezclando todos los ingredientes y metiendo el pollo impregnándolo bien. Dejamos todo el tiempo que podamos, en mi caso, de un día para otro.
Preparamos la salsa del wok mezclando bien todos los ingredientes teniendo en cuenta que el azúcar se disuleva completámente.
Empezamos friendo el pollo en el wok con un poco de aceite. Lo retiramos del mismo una vez listo. En el mismo wok añadimos el ajo, el jenjibre y la cebolla picada finamente. Doramos conjuntamente y añadimos el pollo, los cacahuetes, y el tabasco. Por último, añadimos la salsa del wok y dejamos cocinar todo conjuntamente unos minutos hasta que la salsa reduzca.
Para acompañar en mi caso con un arroz blanco, pero por ejemplo con un poco de cus-cús le iría idea también.
Colaboraciones:
Salsa de soja Kikkoman
Tabasco