El pound cake, es uno de esos dulces clásicos que, pese a su sencillez, o precisamente por ella, has permanecido de actualidad. Hoy os traigo la receta de un clásico pound cake de vainilla. El nombre de este bizcocho se debe a una de sus características principales. Pound, o sea, libra en inglés, es una medida de peso, y eso era lo que había que añadir de cada uno de los ingredientes, una libra de mantequilla, otra de harina, otra de huevos y otra de azúcar, es decir, los cuatro ingredientes en una proporción de 1:1:1:1. La libra equivale a unos 453 gr. lo que nos resultaría un bizcocho inmenso, por eso he reducido los ingredientes, manteniendo la proporción, hasta los 225 gr.
Al ser un bizcocho que originariamente se elaboraba sin ningún tipo de levadura o gasificante, contaba con la forma de elaborarlo para que creciera durante el horneado. Es fundamental, por un lado, que todos los ingredientes estén a la misma temperatura ambiente. por eso debemos retirar la mantequilla y los huevos del frigo con suficiente antelación para que la mantequilla esté en pomada y los huevos atemperados. Por otro lado, debemos batir la mezcla de mantequilla y azúcar durante el tiempo suficiente hasta formar una crema blanquecina y ligera. Serán las burbujas de aire que se creen al batir estos ingredientes, las que harán que el bizcocho suba en el horno.
Hoy en día podemos ayudarnos en el proceso con una pizca de levadura química, eso nos ayudará a conseguir un bizcocho más ligero. En cualquier caso, el pound cake, es un dulce denso pero con una miga húmeda, sabrosa y delicada, con un sabor a mantequilla perfecto. Aunque yo he preparado la versión más clásica, este bizcocho admite múltiples variaciones de sabor, podemos añadir cardamomo, ralladuras de limón o naranja, canela o nuez moscada o incluso chocolate. El resultado será un bizcocho perfecto para los desayunos, denso y muy sabroso.
RACIONES: 10
DIFICULTAD: baja
TEMPO: 1 hora
POUND CAKE DE VAINILLA:
225 gr. MANTEQUILLA
225 gr. HARINA
225 gr. AZÚCAR
4 HUEVOS (unos 225 gr.)
1 cdita. ESENCIA DE VAINILLA
1 cdita. SAL
1 cdita. LEVADURA (la receta original no lleva)
1.- En un bol añadimos la mantequilla y el azúcar. Con una batidora de varillas o un robot de cocina, batimos la mezcla hasta que tengamos una crema blanquecina y espesa. Será necesario batir la mezcla, no menos de 6 o 7 minutos, para tener una crema perfecta. En este punto es fundamental que, tanto los huevos como la mantequilla, estén a temperatura ambiente. Lo ideal es que, varias horas antes, retiremos del frigo ambos ingredientes para que se vayan atemperando a la misma temperatura.
2.- Añadimos los huevos, uno a uno, batiendo durante 1 minuto con la crema antes de añadir el siguiente. Añadimos la esencia de vainilla y seguimos batiendo unos segundos más para que se integre.
3.- Tamizamos la harina con la sal y la levadura, en el caso de decidir añadírsela, y la vamos añadiendo en varias tandas a la mezcla. Este paso lo haremos a mano, con una espátula, intentando no trabajar demasiado la mezcla para evitar que las burbujas de aire que se han creado al batir la crema, se liberen. Este bizcocho cuenta con la cremosidad y el aire de la crema de mantequilla para subir, así que iremos añadiendo la harina y mezclándola con movimientos envolventes y delicadeza para poder conseguir un bizcocho ligero. Si hemos decidido no arriesgarnos y añadirle levadura a la masa, esta nos ayudará en el proceso de subida del bizcocho.
4.- Mientras precalentamos el horno a una temperatura entre 160ºC y 170ºC, preparamos el molde. Untamos toda su superficie con mantequilla asegurándonos de no dejar ninguna esquina sin cubrir. Espolvoreamos el interior con una cucharada de harina y dándole la vuelta retiramos el exceso. Vertemos la mezcla en el molde y la extendemos bien para que nos quede una superficie lisa.
5.- Horneamos el pastel durante unos 70 minutos con calor por arriba y por abajo y colocando el bizcocho en el centro del horno. Cuando veamos que el bizcocho puede estar listo, lo pincharemos con un palitos para asegurarnos, si este sale limpio está en su punto. No pasa nada si la superficie del bizcocho se agrieta durante el horneado, eso nos asegura que tenemos una pound cake bien hecha, ya que el motivo son las burbujas de aire de la masa que, con el calor, tratan de salir a la superficie, expandiendo el pastel y haciéndolo crecer.
5.- Retiramos el bizcocho del horno y lo dejamos reposando durante unos 20 minutos sobre una rejilla. Lo desmoldamos y lo dejamos sobre la rejilla hasta que se enfríe totalmente. No debemos desmoldar el bizcocho en caliente ya que se rompería.
Se trata de un pastel perfecto para acompañar de helado o natillas, en cualquier caso, yo soy de las que lo disfrutan solo.