Antes de comenzar el asado, muchos argentinos prefieren degustar un delicioso pedazo de provoleta. Este tipo de queso, que se funde de forma muy especial, sirve para lo que llaman “engañar el estómago”, especialmente cuando el asado se está haciendo y llegan todos antes de que este perfecto. Por este motivo, hoy en BrasasySabores queremos darte a conocer la provoleta, el queso del asado argentino.
¿Qué es la provoleta?
La provoleta llegó a la argentina de la mano de Natalio Alba, un inmigrante italiano especialista en lácteos. Fue gracias a él que el provolone italiano comenzó a ser consumido en la Argentina en los asados.
Este queso, en realidad, se llama queso provolone Hilado argentino, pero todos lo llaman provoleta por la marca que lo comercializa. Su nombre original se debe al proceso con que es elaborado, el cual se conoce como “hilado”, el cual logra que el queso resista las altas temperatura del fuego del asado pero que, a la vez, se derrita lo suficiente como para comerlo de forma cómoda.
El resultado es un queso que se derrite sin llegar a fundirse en su totalidad, dorado y crocante por fuera y blando por dentro y que resulta una excelente compañía para el asado.
¿Cómo se prepara la provoleta?
El queso provolone se compra un par de días antes del evento en que se quiera comer y se debe secar a temperatura ambiente. De esta forma, se forma una capa mínima en la superficie que mantiene la forma y, que luego, logrará que se quede crujiente al asarlo. Generalmente, la provoleta es redonda y de 2 centímetro de espesor. Algunos añaden algunas especias picantes antes de que comience a secarse la provolone para añadirle algo de sabor.
También se puede pasar el queso provolone por harina, ya que también evita que se pegue en la parrilla. Otra de las formas de evitar que se adhiera el queso es mantener la provoleta en el congelador hasta el momento de ponerla en la parrilla.
Cómo preparar la provolone a la parrilla
Dependiendo la calidad del queso, es posible que, simplemente, puedas colocar la rodaja de queso sobre la parrilla directamente, dejarla unos minutos y luego, simplemente darla vuelta. También existe una herramienta llamada provoletera, que sirve para evitar que la provoleta se pegue o se deforme.
Respecto a la temperatura o la altura en que se debe colocar la provoleta, eso depende de la carne. Sin embargo, las brasas deben estar a punto medio, para que el queso no se derrita ni muy rápido ni muy lento.
Si se desea conservar la temperatura luego de que estén bien cocinadas, los amantes de la provoleta recomiendan que se las coloque en platos de cerámica, ya que se enfrían muy rápido. Obviamente, también se sugiere comerlas calientes y acompañadas con pan.
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