En números redondos: Un 20 % de proteína, un 40 % de hidratos (fibra alimentaria de la cual 5 % fibra soluble), un 34 % de lípidos (el 64 % ácidos grasos omega 3) y una importante cuota de vitaminas, minerales y oligoelementos.
Una cita, documentada en Wikipedia, dice que tiene dos veces más proteína que cualquier semilla, cinco veces más calcio que la leche entera, dos veces la cantidad de potasio en los plátanos, tres veces más antioxidantes que los arándanos, tres veces más hierro que las espinacas y siete veces más omega 3 que el salmón.
En todo caso, y más allá de sus posibles efectos sobre la salud, buenas razones para probarla. Así que os ofrecemos esta sencilla elaboración, con cacao y leche de avena, que se presenta como un postre fresco y resultón.
Ingredientes
625 ml de leche de avena
90 g de semillas de chía
35 g de cacao en polvo (100%)
40 g de miel
una pizca de sal
Para 6 vasitos
Preparación
Pesar y preparar todos los ingredientes.
Colocarlos todos en una jarra y agitar con fuerza para que el cacao se disuelva y se integre bien con el resto de ingredientes.
Guardar en la nevera, donde debe reposar un mínimo de cuatro horas y mejor aún toda la noche.
Repartir el puding en los vasitos y completar y decorar con un topping de nuestro gusto. En este caso hemos utilizado frutos rojos, concretamente fresas y arándanos, pero las posibilidades son infinitas: fruta natural, fruta deshidratada, frutos secos, virutas de chocolate, ...