Se puede consumir frío o templado y es ideal para llevar al campo o a la playa, que estos días visitaremos más de uno.
1 lamina de masa quebrada
2 yemas
1 queso fresco
2 calabacines medianos
queso rallado
sal
pimienta negra
tomillo
En primer lugar trituramos con un tenedor el queso en un bol.
Añadimos las yemas de huevo y el queso rallado.
Removemos bien y salpimentamos y ponemos una pizca de tomillo
Extendemos la lámina de masa quebrada en el molde que vayamos a preparar.
La acoplamos bien al molde y la pinchamos con un tenedor para que no nos suba al hornearla.
Echamos el relleno en la masa procurando que quede bien repartida.
Lavamos y cortamos el calabacín en finas láminas.
Lo vamos colocando cuidadosamente sobre todo el pastel.
Lo metemos al horno que tendremos precalentado a 180º durante unos 40 minutos con calor arriba y abajo.
Ya solo queda dejar que se enfríe y desmoldarlo.
¿Que os parece? Está super jugoso y el sabor es muy suave.
¿Os animáis?
BUEN FIN DE SEMANA