Recuerdo haber visto en un televisor en blanco y negro cómo, en vísperas de la Navidad, solían vender pavos vivos en algunas calles de capitales importantes. Acostumbraba a salir Madrid por aquello del centralismo de Televisión Española, pero seguramente esta costumbre de vender pavos vivos también se haría en otros lugares. En casa, en el pueblo, siempre criábamos un pavo. Lo comprábamos pequeñito, lo alimentábamos y cuando tenía un peso de cinco kilos o más se le sacrificaba y comíamos pavo hasta aburrirlo. Los pavos son animales omnívoros, o sea que comen de todo. Nosotras lo teníamos suelto por el corral y se buscaba la vida. Aquí picoteaba un poco de grano, allí un insecto, o una planta. A veces le dábamos de comer ortigas porque decían que para los pavos era un manjar. Nunca se quejaron, los pobres. La sabiduría popular decía que el día antes de sacrificar el pavo había que emborracharlo para que su carne supiera mejor. Tampoco se quejaron. Quizás el coñac les nublaba la vista y no veían acercarse el cuchillo. Todo esto es el pasado. Ahora vamos a la carnicería o a la pollería y nos hacemos con un pavo al que, eso sí, diseccionamos debidamente para rellenarlo y llevarlo al horno. Sin ortigas y sin copa de licor también está muy bueno.
RECETA
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INGREDIENTES
1 pechuga de pavo abierta para rellenar
200 g de beicon cortado fino
1/2 cebolla
350 g de carne picada de cerdo
10 orejones
10 ciruelas pasas sin hueso
50 g de piñones
1/2 vaso de brandy
Sal
Pimienta
1 trufa en conserva
Aceite de oliva
300 g de patatas pequeñas para asar
10 cebollitas francesas
Una cucharadita de hierbas aromáticas
1/2 vaso de vino Pedro Jiménez
PREPARACIÓN: PREPARANDO LA PECHUGA
En un bol poner los orejones y las ciruelas a hidratar con el brandy.
En una sartén con un chorrito de aceite poner a pochar la cebolla cortada fina. Cuando esté rehogada añadir la carne, salpimentar y dejar que se haga.
Añadir la trufa con su jugo, los frutos secos: ciruelas, orejones y piñones junto con el brandy y dejar a fuego lento durante 15 minutos removiendo de vez en cuando.
Retirar la corteza del beicon y colocar sobre papel de cocina de manera que las lonchas queden acaballadas.
Salpimentar la pechuga por ambos lados y colocar encima del beicon.
Cubrir la pechuga con el relleno repartiéndolo bien y enrollar con ayuda del papel.
Meter la pechuga en una malla elástica que nos permitirá mantener la forma y el relleno. Si no tenéis podéis atarla con cuerda.
PREPARACIÓN: ASANDO LA PECHUGA
Pasar la pechuga a una fuente horno
Lavar bien las patatas y poner en un bol.
Pelar las cebollitas, para que nos resulte más fácil hervirlas dos o tres minutos y pasar a un bol con agua fría. Echarlas junto con las patatas y aliñarlas con sal, aceite de oliva y las hierbas de vuestro agrado. Nosotras hemos puesto una mezcla de orégano, cebolla, perejil, ajo y pimienta negra. Mezclar bien y añadir a la fuente de horno junto con la pechuga.
Meter en el horno previamente calentado a 200º con calor arriba y abajo durante 50 minutos. A los 30 minutos añadir el vaso de vino.
Sacar y dejar enfriar antes de cortar.
Este plato permite hacer la preparación la víspera, rellenar y atar o meter en la malla, envolverlo bien y dejar en la nevera y al día siguiente hornear.