Tú eres tonta o lista, le preguntó una rosquilla a su compañera que estaba en un plato de presentación un metro más allá. “!Lista!”, respondió con un poco de altanería. “No ves que estoy recubierta de almíbar”. La tonta, o por decirlo suavemente la menos lista, tuvo que rendirse ante la evidencia. Ella no tenía esta aureola y esta distinción que da la glasa de almíbar. Y es que de tontas y listas va la cosa. Las rosquillas llamadas “listas” son la nobleza en el mundo de las rosquillas, mientras que las “tontas” son las plebeyas. Las listas son las clásicas de Alcalá de Henares, ciudad universitaria por excelencia y donde se presupone que el número de listos es superior a la media. Las rosquillas -digo- tienen fama y merecen ser consideradas “cum laude” pues su historia se remonta al siglo XVI. Durante cinco siglos su elaboración apenas ha variado, si bien se han beneficiado de los avances tecnológicos habidos a lo largo de este tiempo. Tontas o listas todas están riquísimas.
RECETA
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INGREDIENTES
2 láminas de hojaldre cuadradas
Azúcar
INGREDIENTES PARA LA CREMA DE YEMA (PRIMER GLASEADO)
4 yemas de huevo mediano
85 g de agua
250 g de azúcar blanquilla
INGREDIENTES PARA EL SEGUNDO GLASEADO
190 g de azúcar glas
30 ml de agua
PREPARACIÓN
Precalentar el horno a 190 º.
Estirar la primera lámina de hojaldre. Espolvorear ligeramente con un poquito de azúcar. Sobreponer la segunda lámina de hojaldre. Sin estirar, apretar ligeramente para que las láminas queden unidas. Poner otro poquito de azúcar espolvoreado.
Cortar por la mitad. Sobreponer las dos mitades y presionar otra vez ligeramente para unirlas.
Cortar la masa con un cortapastas redondo de unos 6 centímetros de diámetro. Vaciar el centro utilizando una boquilla de repostería de unos 3 centímetros de diámetro.
Hornear las rosquillas hasta que aumenten de volumen y queden doradas. No abrir el horno para nada porque de lo contrario el hojaldre no subiría.
Poner en una rejilla y dejar enfriar.
PREPARACIÓN DE LA CREMA DE YEMA
Poner en una cazuela de fondo grueso el agua y el azúcar y hacer un almíbar.
Batir ligeramente las yemas de los huevos y colar.
Añadir el almíbar en forma de hilo a las yemas moviendo para que no se cuajen.
Poner esta mezcla en la cazuela y hervir durante 5 minutos sin dejar de dar vueltas hasta que la crema espese ligeramente.
Retirar del fuego y seguir dando vueltas hasta que baje un poco la temperatura.
Introducir las rosquillas en este crema y dejar secar sobre una rejilla.
Cuando estén secas, bañarlas con el glaseado que habremos hecho con el azúcar glas y un poquito de agua fría (segundo glaseado). Esto le da una textura dura.