Estaba yo una tarde bien negra de fin de semana paseando por facebook cuando vi estas rosquillas en el muro de la hermana de mi ex vecina de toda la vida, a la que le digo desde aquí que el rellano no es lo mismo sin ella jeje. En fin, que me pareció que tenían muy buena pinta y me puse manos a la obra. Tuve algunas dificultades y es que las primeras que formé lo hice haciendo una bola he introduciendo el dedo para hacer el agujero, pero yo no se si es que desgarras la masa o que, pero no quedaban bien, me quedaban súper grasientas y aceitosas, así que me puse hacerlas con la donutera del lidl y horror también, quedaban treméndamente pesadas… en fin, que en un ataque de lucidez mental pensé en hacerlas como se han hecho toda la vida, formando un cordel y uniéndolo por los extremos… sorpresa, riquísimas ;). En fin, que yo os cuento mi experiencia por si os ponéis manos a la obra y no salen ricas….
Estas rosquillas llevan un baño de azúcar y le va muy bien, pero si queréis prescindir de él también están muy buenas, no pasa nada.
Ingredientes; 1 huevo, 100 ml de leche, 100 ml de aceite, 50 gr de azúcar, 1/2 sobre de flanín, 1/2 sobre de levadura, 350/400 gr de harina, un chorro de anís y para el baño medio vaso de agua y 1/4 vaso de azúcar.
En realidad la receta eran los mismos ingredientes por dos, pero como estaba sola con la mitad de la receta tenía suficiente.
Es tan sencillo como mezclar todos los ingredientes y amasar hasta conseguir una masa trabajable que no se pegue a las manos.
Formamos las rosquillas como toda la vida y las freímos.
Hervimos el agua con el azúcar hasta formar un almíbar y pasamos las rosquillas por el, después se rebozan en azúcar.
Servimos y las que nos queden las guardamos en un recipiente hermético.