Esa es precisamente la receta que hoy os traigo, os confieso que esta es la primera vez que la he preparado. He buscado en Internet varias versiones y picoteando aquí y allá, al final me he quedado con esta elaboración. Aquí tenéis los ingredientes para preparar rosquillas tontas, listas y de Santa Clara. Con estas cantidades, dependiendo del tamaño que les deis, os saldrán unas 25/30 unidades:
400 gr de harina de trigo
5 huevos
150 gr de aceite de oliva suave
50 gr de azúcar blanco
Un chorrito de licor de anís
Comenzaremos por batir los huevos hasta que empiecen a espumar, añadiremos entonces el azúcar poco a poco, y después incorporamos el aceite y el anís.
Cambiamos las varillas de batir por las de mezclar y vamos agregando la harina. Dejamos que se amase durante unos 15/20 minutos.
Transcurrido ese tiempo, precalentamos el horno a 220º, calor arriba y abajo con ventilador. Untamos la mesa de trabajo y las manos con aceite (ya os adelanto que es una masa bastante pegajosa así que tendréis que armaros de paciencia) la trabajamos un poco y después tomamos pequeñas porciones, formamos bolitas y les hacemos un agujero en el centro. Vamos colocando las rosquillas sobre papel de horno en la bandeja, y las pincelamos con yema de huevo. Horneamos durante 15 minutos, después bajamos la temperatura a 170º, cubrimos las rosquillas con papel aluminio y horneamos 5 minutos más con la puerta del horno un poquito abierta, podéis colocar una cucharilla para que se mantenga así.
Recién salidas del horno, ya tenemos preparadas nuestras rosquillas tontas, que son las que no llevan ningún tipo de cobertura.
Ahora vamos a preparar las rosquillas de Santa Clara, para hacer la cobertura necesitaremos:
200 gr de azúcar glas
El zumo de medio limón
una clara de huevo
Vamos a batir la clara de huevo hasta que forme picos, después añadimos poco a poco el azúcar glas y el limón. Conseguiremos así una glasa espesa con la que bañar la parte superior de las rosquillas. Luego las dejaremos secar a temperatura ambiente.
Y terminamos preparando las rosquillas listas. Estas llevan un almíbar de limón y un glaseado
Para el almíbar de limón:
200 gr de agua
200 gr de azúcar blanco
El zumo de un limón pequeño
Para el glaseado final:
250 gr de azúcar glas
50 gr de agua
El zumo de medio limón
Dos cucharadas soperas de caramelo líquido
Haremos primero el almíbar. Para ello calentaremos en un cazo a fuego medio el agua y el azúcar hasta que rompa a hervir, retiramos del fuego y dejamos que se enfríe un poco. Pasados unos minutos añadimos el zumo de limón, removemos y dejamos enfriar completamente. Para hacer el glaseado mezclamos el azúcar poco a poco con el agua hasta obtener una mezcla espesa. Después añadimos el caramelo líquido y el zumo de limón. Y ya sólo nos queda sumergir las rosquillas primero en el almíbar y después bañar la superficie con el glaseado. Dejamos secar por completo a temperatura ambiente.
Con ayuda de una cuchara les hacemos el típico enrejado, dejamos secar de nuevo y ya las tendremos listas.
Pinchando en el logo encontraréis un montón de deliciosas recetas típicas de Madrid, Castilla la Mancha y Canarias, que han preparado mis compañer@s de la Cocina TS.
Y para terminar os dejo una simpática coplilla que hace referencia a un personaje ligado a la romería de San Isidro. La tía Javiera, vendedora de rosquillas, y que dice así:
“Pronto no habrá, ¡Cachipé!
en Madrid duque ni hortera
que con la tía Javiera
emparentado no esté”.
Pinchando en la foto podéis leer su historia
“Las rosquillas de San Isidro y el Madrid de mi infancia” también está disponible en audio en iVoox
Ir a descargar