Madre mía... acabo de ver la fecha de mi última publicación y es del 21 de octubre de 2014... pero si parecía que sería algo temporal y ya hace casi un año y medio que no publico nada!!
Creo que no hay nada que pueda excusar esta ausencia tan prolongada... pero por si sirve de algo os contaré qué es lo que me ha tenido tan ocupada todo este tiempo.
Bueno, poco antes de dejar de publicar, me salió un trabajo. Imaginaros mi alegría, mi primer trabajo en Málaga (os recuerdo que soy una sevillana que se trasladó a Málaga por amor). En principio el trabajo iba a ser para un par de meses, de ahí que yo pensara que mi ausencia fuera a ser temporal y corta, sin embargo finalmente se ha ido alargando hasta el día de hoy, que aún sigo trabajando. Así que genial, pero claro, ya el tiempo que me quedaba libre se vió brutalmente reducido y por tanto, no podía disponer del mismo para preparar las entradas al blog.
A todo eso, se ha sumado que estoy organizando nuestra boda, que en un par de meses se hará realidad :) Creo que más o menos todo el mundo, bien por su propia experiencia bien por alguien cercano, sabe lo que supone organizar una boda y más cuando trabajan las dos partes. Total... que el caso es que cuando me he querido dar cuenta, el tiempo ha pasado volando, hace un año y medio que no publicaba nada y además mi boda está a la vuelta de la esquina... Espero que me sepáis entender y ante todo, agradeceros que pese a mi ausencia hayáis permanecido a mi lado "virtualmente" ya sea siguiéndome en el blog o a través de facebook.
Y después de este tocho que acabo de soltar jajaja, hoy os traigo la receta de un dulce típico de estas fechas, Rosquitos de Anís. Me ha parecido buena fecha para retomar el blog y además espero que de aquí en adelante publicar más recetas aunque sea de forma esporádica pero no estar tanto tiempo sin publicar.
Sin más, vamos con la receta ;)
Para 20 ó 25 roscos aproximadamente.
Ingredientes:
500 gr. de Harina.
200 gr. de Azúcar.
80 ml. de Aceite de Girasol.
70 ml. de Anís dulce (yo uso Marie Brizard).
2 huevos.
1 sobre de Levadura.
Raspadura de un limón.
Aceite de oliva o girasol para freir (al gusto).
Para rebozar:
Agua.
Un chorreón de Anís.
Azúcar.
Canela en polvo.
Elaboración:
En primer lugar echaremos en un cuenco los huevos y batiremos con las varillas hasta que nos queden espumosos y bien batidos.
Una vez que estén bien batidos los huevos, le añadiremos el aceite, el anís y la ralladura del limón. Volvemos a batir para que se mezcle todo bien.
Cuando se haya batido bien, le añadimos el azúcar y batimos hasta que nos quede una mezcla blanquecina y espumosa.
A continuación, tamizamos un poco de harina junto con la levadura y volvemos a batir con las varillas (con cuidado porque al ser harina puede ser que ponga todo un poco perdido de polvo al batir). Repetimos la operación hasta que tengamos toda la harina incorporada a la mezcla.
Cuando veamos que ya con las varillas no es suficiente, podemos intercambiar las varillas batidoras por las varillas amasadoras para que se mezcle bien toda la masa.
Consejo:
En caso de que no tengáis varillas amasadoras podemos amasarla a mano desde el principio. Se tarda más pero podemos conseguir el mismo efecto.
Una vez que tengamos la harina bien mezclada, le daremos los últimos amasados con las manos, para asegurarnos que la masa se queda compacta y con buena textura para formar los rosquitos.
En el momento en el que tengamos la masa lista para darle forma a los rosquitos, pondremos aceite a calentar en un perol a fuego vivo, ya que cuando echemos los roscos el aceite tiene que estar bien caliente.
Mientras, le daremos forma a los rosquitos de la siguiente manera: cogemos un trozo de masa (del tamaño de una nuez aproximadamente, pero eso va en gustos) y le damos forma de bola.
Consejo:
Para que no se nos pegue la masa a las manos mientras le damos la forma, es conveniente frotar un poco de aceite en ellas.
Luego le daremos forma de "churro" amasándolo entre las manos y juntaremos cada uno de los extremos dando forma de rosco.
Consejo:
Hay que tener cuidado con no dejar el agujero central muy pequeño, porque cuando se frían tienden a crecer y si le dejamos el agujero muy pequeño al freirse puede que se cierre y no se aprecie que se trata de roscos. Además tenemos que asegurar bien los extremos cuando los juntemos (apretar bien para que queden bien sellados) porque si no puede que al freirlos se abran y pierdan la forma de rosquitos.
Cuando el aceite esté bien caliente y iremos echando los roscos a freir, con cuidado de que se hagan bien por dentro y no se nos quemen.
Por último, ponemos en un plato agua con un chorreoncito de anís y en otro plato azúcar con canela para rebozar.
Una vez que hayamos fritos los rosquitos, los iremos en primer lugar pasando por el plato con agua y anís para humedecerlos (basta con un par de pasadas rápidas) y posteriormente lo pasamos por azúcar y canela para rebozar.
Consejo:
Normalmente habrá que cambiar el plato de azúcar y anís varias veces, puesto que del agua que cae se forman grumos y al cabo de unos roscos pierde la adherencia suficiente para que el azúcar se quede bien pegado al rosco.
Y ya tendriamos nuestros rosquitos para disfrutar de esta Semana Santa :)
Espero que os haya gustado y que la disfrutéis muy pronto, porque la verdad es que cuando se empieza a comer ya no se puede parar... ¡uy! ¿de qué me suena a mi esta frase? jajajaja.
Besitos y nos vemos en la próxima receta que se nos avecina.
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