O, mejor aún, una madre en un momento de impaciencia, generada por los berridos de sus pequeños muertos de hambre, no soportó la presión y mientras se preparaba a hacer una buena cazuela de albóndigas para tener previsión sobre futuras comidas, aplastó la carne que tenía entre sus manos y la lanzó a la sartén sin más para acallar esas voces chirriantes... jajaja
Sea como sea, a mi me sacan de muchos apuros, y cuando compro carne para preparar albóndigas, siempre me marco unas bandejas de estos filetes en diferentes versiones y mato dos pájaros de un tiro.
Cuando preparo rusos los varío en función de los ingredientes que tenga por casa. No suelo pensar con antelación de qué los voy a preparar. Salvo que vayan a ser hamburguesas que no les añado nada. Y la verdad es que le dan un toque diferente y quedan muy sabrosos.
Normalmente los acompañamos de ensalada o patatas fritas, según el capricho del día, pero siempre con algún ingrediente sorpresa.... como estos rusos rellenos de sobrasada y queso de cabra, estos otros con Idiazábal, o estos con queso tierno y pistachos verdes. Como podéis ver todos con un denominador común; el queso. Y es que les da una jugosidad extra que nos encanta.
Ingredientes
500 gr de picada de mezcla (cerdo y ternera)
1/2 cucharadita de ajo en polvo
1/2 cucharadita de comino en polvo
50 gr de queso tierno de oveja
Pipas naturales
Sésamo
Piñones
Aliñamos la carne salpimentándola al gusto y añadimos el ajo y el comino. Mezclamos bien.
Incorporamos a la carne las semillas y frutos secos y mezclamos de nuevo.
Vamos formando bolitas del tamaño de un puño y ponemos un trozo de queso en el centro. Aplanamos y freímos en una sartén con un poquito de aceite de oliva.
Servir inmediatamente.