Ayer fue Santa Lucía, una fiesta muy celebrada en los países nórdicos, donde la gente se junta para tomar Glög (vino caliente especiado, podéis ver la receta aquí), galletas de jengibre y pasarlo bien entre familia y amigos. Como sabéis yo tengo un muy buen amigo sueco, así que ayer nos juntamos en su casa y nos lo pasamos en grande. Los que me seguís en Instagram, sabéis que hace poco me he comprado el libro, o superlibro de 15 kg, mejor dicho, de la comida nórdica, así que me he decidido por preparar este estupendo plato de comida sueca, inspirado por estos dos acontecimientos (que serio me pongo a veces, verdad???).
En este caso me decidí por dos de los ingredientes indispensables en toda despensa que se precie de más arriba de Bruselas, el salmón y el eneldo. Con estos dos ingredientes hay como setenta recetas diferentes y cada cual mejor aún, desde el fantástico Gravlax (salmón marinado), hasta un salmón con rabanitos y eneldo que pronto también veréis por acá. Como ha empezado el frío (ya era hora, por otro lado...como está el tiempo eh?... bueno, dejemos la conversación de ascensor), me decanté por este plato de cuchara y pan, eso sí, que no se os olvide el pan por que está de muerte esa salsita.
En este caso yo lo acompañé de una ensalada de Radicchio y champiñones con una vinagreta de mostaza y miel, que le iba ni que pintado, pero unas patatas hervidas y salteadas en mantequilla, también combinarían perfectamente con este plato.
- INGREDIENTES:
400 gr de salmón
1 manojo grande de eneldo
500 ml de caldo de pescado de calidad
1 cebolleta fresca
6 espárragos trigueros
2 cucharillas de azúcar
100 ml de nata (crema de leche)
2 yemas de huevo
1 cucharilla de mantequilla
Sal y pimienta
Ensalada de radicchio y champiñones
1 radicchio pequeño
2 champiñones
2 cucharadas de aceite
1 cucharilla de mostaza
1 cucharilla de miel
1 poco de eneldo
1 chorrito de limón o vinagre
sal y pimienta
- ELABORACIÓN:
Cortamos la cebolla en juliana gruesa y los espárragos en trocitos, respetando las cabezas enteras, que reservamos.
En una olla ponemos la mantequilla a fundir y salteamos la cebolla y los espárragos. Cuando esté ligeramente pochada, pero todavía no haya cogido color, añadimos el azúcar y el caldo y dejamos que hierva durante unos cinco minutos para que reduzca.
Mientras cortamos el salmón en dados no muy grandes, pero tampoco muy pequeños para que no se haga demasiado. A mi personalmente me gusta que quede ligeramente crudo por el medio.
Pasados los cinco minutos añadimos la nata (crema de leche) y las cabezas de espárrago, así como la mitad del eneldo finamente picado. Dejamos un minuto.
Introducimos en la olla el salmón y dejamos un minuto más al fuego, luego apagamos y le espolvoreamos por encima más eneldo picado. Tapamos y dejamos un par de minutos más para que el salmón se termine de hacer en el caldo aún caliente. Procuramos no remover para que el salmón no se deshaga.
Mientras preparamos la ensalada, cortando el radicchio en juliana y los campiñones en láminas finas. Lo pasamos todo al cuenco donde serviremos.
Para la vinagreta mezclamos el aceite, con la mostaza, la miel y un poco de sal y pimienta. Removemos bien antes de introducir el eneldo picado y un chorrito de limón o vinagre. Mezclamos bien y aliñamos justo antes de servir en la mesa.
Servimos la ensalada junto con el salmón aún caliente al que le habremos añadido las dos yemas de huevo ligeramente batidas. Una buena barra de pan será imprescindible.
- MARIDAJE:
Un blanco sin duda, ligeramente afrutado pero con una acidez marcada. Yo me decanté por un Riesling Alemán.
- COSTE: barato.
- DIFICULTAD: fácil.
- TIEMPO: 20 minutos.
- CALÓRICO: no te pases con el pan y es plato único.