No es ni bizcocho, ni pan, ni galleta. No sabría definirlo. Bueno si, un scone es un scone. Puedes añadirle lo que quieras, tanto cosas dulces: arándanos, chocolate... como saladas: queso y tomillo, jamón... En este caso, hice mis favoritos: con uvas pasas.
Al poco de llegar, decidí dar una vuelta por el pueblo para conocerlo. Vi una cafetería super cuqui y entré. Sabía que quería un café con leche (no caí en la trampa de pedir un "coffee with milk") pero lo que no sabía era que había un mostrador lleno de cosas ricas. Quería probarlo todo. Pero tras preguntarle al camarero cual me recomendaba (típico en mi, preguntar recomendaciones)... elegí un scone. Que buena pinta tenía. Yo pensaba para mis adentros: fijo que la elección es acertada.
Efectivamente, me senté y empecé a comérmelo. Primero lo probé solo y luego le eché mermelada. Estaba increíble. Rebañé hasta las migas del plato.
Un día, hablando con mi jefa, le comenté que había estado en una cafetería y había probado un scone. Ella me dijo que le encantaban y que a menudo los hacía en casa. Me pasó la receta. Y al día siguiente, ni corta ni perezosa, me propuse hacerlos.
Empecé a leer los ingredientes, pero me encontré con algo "raro": buttermilk. Que era eso? Donde lo compraba?
Pues el buttermilk no es más que una especie de suero de leche. De color blanco-amarillento y de sabor agrio. Muy utilizado en la repostería americana y en gran parte de Europa. Sirve para dar esponjosidad y mejorar el sabor. Posiblemente os sea difícil encontrarlo en el super. Yo os recomiendo hacerlo en casa porque simplemente es añadir a la leche dos cucharadas de zumo de limón. Parecerá que la leche está "cortada" pero es así como tiene que quedar.
Una vez aclarado lo del buttermilk, seguí leyendo la receta:
Ingredientes:
300 gr de harina
100 gr de azúcar
85 gr de mantequilla (pomada y cortada en trozos pequeños)
175 ml de buttermilk
1 puñado de uvas pasas
Preparación:
1- Precalentamos el horno a 180ºC.
2- Mezclamos la harina con el azúcar en un bol. Luego, a esto, le frotamos la mantequilla con los dedos hasta que la mezcla parezca pan rallado.
3- Cuando consigamos esa textura, hacemos un hueco en el medio y añadimos el buttermilk. Lo removemos suavemente. Incorporamos las uvas pasas y lo mezclamos para que si integren bien.
4- Echamos un poquito de harina encima de una mesa o encimera y extendemos la masa con un rodillo (si veis que se os pega la masa al rodillo, añadirle un poquito de harina también). El grosor de la masa tiene que ser aproximadamente de 2cm,
5- Cortamos con un cuchillo la masa en 9 cuadrados iguales. Y con la mano, hacemos una bolita con cada una de ellas.
6- En una bandeja ponemos papel de horno y colocamos nuestros 9 "futuros scones". Horneamos a 180ºC durante 12-15 minutos, hasta que tengan un color dorado.
Los hice en un periquete. Y por no perder la costumbre de probar todo lo que hago, me preparé una taza de café y...a merendar. Casi siempre los acompaño de mermelada (si es hecha en casa, mejor que mejor) porque le da un toque diferente.
A mi familia también les encantan porque cuando fui de vacaciones a España lleve unos cuantos (los compré, no tenía tiempo para hacerlos). No duraron ni medio día. Si más hubiese, más se comían.
Ahora soy yo, y no el camarero, la que se los recomienda a todo el mundo.
Así que ya sabéis, poneros manos a la masa, y a preparar scones. Tendréis desayuno y merienda para unos días. Bueno no, miento, para el día que los hagáis y como mucho para el siguiente. Son irresistibles.
Y vosotros de que los haríais?? Tal vez con canela y limón, o tomate y parmesano??
Un beso!
Ana