Hoy os traigo una receta que no es mía. No sólo eso, sino que no le he aplicado variaciones. Porque es perfecta.
Los scones son una de esas recetas de las que hay mil versiones por la red. Los hay perfectos y redonditos, o abombados y rústicos. Los hay con frutas, con chocolate, con aromas o sin nada.
Esta receta es básica. Le podéis añadir lo que os apetezca. Aunque creo que lo ideal sería que la probéis primero sin nada y luego improviséis los añadidos.
Lo único que necesitaréis un poco “extraño” es el buttermilk, que podéis hacer añadiendo una cucharada de zumo de limón a la leche y dejándola reposar, o que podréis encontrar ya en muchos sitios. En este caso, lo encontré en Alcampo, por 1â?¬, y me ha sobrado.
La receta original la podéis encontrar en este enlace. Yo, únicamente, me he limitado a traducirla y a comprobar que el resultado es muy, muy rico :)
Ingredientes para unos 16 scones:
- 3 1/2 tazas de harina leudante (con levadura)
– 2 cucharadas de azúcar glacé
– 60 gr de mantequilla fría troceada
– 1 1/2 tazas de buttermilk
– una pizca de sal
Preparación:
1.- Precalentamos el horno a 200ºC con ventilador, si tenemos. Preparamos una fuente de horno cuadrada o rectangular de unos 20 cm de lado, con un papel de hornear.
2.- En un bol grande ponemos la mantequilla con la harina, la sal y el azúcar. Lo mezclamos con las manos sin amasar demasiado, hasta que se convierta la mezcla en una especie de migas sueltas y harinosas. No resultará húmeda y quizá os parezca que falla algo por falta de humedad, pero lo arreglaréis en en paso 3.
3.- Añadimos el buttermilk. Mezclamos todo con un cuchillo redondo. Hacemos esto para no calentar la masa.
4.- Pasamos la mezcla a la mesa un poco enharinada. Amasamos un poco, lo justo para que se incorpore todo en una masa uniforme y estiramos con el rodillo hasta que tenga unos 2 ó 3 cm de grosor.
5.- Con un cortapastas de unos 5 cm o con un vaso pequeño (en mi caso) hacemos porciones de la masa y las vamos colocando unas al lado de las otras en la fuente.
6.- Llevamos al horno durante unos 15 minutos. Apagamos el ventilador a los 10 minutos para que no se tuesten demasiado.
Sugerencias.
Aunque sean unos panecillos considerados dulces, y que lo típico sea servirlos con mermelada, podéis utilizarlos como un brioche, y rellenarlos con queso crema y jamón york, por ejemplo.
Espero que os gusten. Se hacen en no mucho tiempo y son un desayuno delicioso.
¡Que aproveche!