Por si no lo sabías los scones son unos panecillos pequeños muy típicos de reino Unido. La mejor excusa para comerlos es a la hora del té o en desayunos y meriendas, se pueden comer calientes o fríos, partidos a la mitad con nata (crema de leche) y mermelada o mantequilla y queso Cheddar, están buenísimos de cualquier forma.
La receta de los Scones la he sacado como no podía ser de otra forma del libro de Marian Keyes del cual ya he preparado 12 recetas en el blog, las cuales nunca defraudan, muestra de ello es el Bizcocho Tres leches y el Pudin con salsa de toffee.
Ingredientes:
265 g. de harina común
1/2 cucharadita de levadura química (polvo de hornear)
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
65 g. de azúcar
1/2 cucharadita de sal
130 g. de mantequilla
135 ml. de suero de leche* (buttermilk) y otro poco para pintar
* el buttermilk lo puedes sustituir añadiendo una cucharada de zumo limón a 150 ml. de leche y sin remover, deja que repose durante 10 minutos, ¡es muy sencillo!.
Elaboración:
Uno de las recomendaciones para que te queden unos scones preciosos es que el horno debe estar bien caliente, así que pon el horno a calentar a 220º C sin ventilador o a 200º C con circulación de aire activa.
Prepara dos bandejas con papel de hornear.
Tamiza en un bol la harina, la levadura y el bicarbonato sódico.
Añade la mantequilla a la harina y comienza a desmenuzarla, pellizcando la mantequilla hasta que se integre con la harina y tenga apariencia migas de pan, aunque a mi me recuerda a la arena mojada de la playa. ¡Uff que ganas de ir a la playa!
Añade poco a poco el suero de leche, hasta obtener una masa suave pero no pegajosa. Según cuenta la escritora ahora hay que trabajar con rapidez pues al unir la buttermilk con la levadura y el bicarbonato sódico, estos se han empezado a revolucionar y la actividad química ha comenzado. Espolvorea la mesa de trabajo con harina y comienza a amasar sobre la mesa.
Con ayuda de un rodillo estira la masa, procurando que te quede bien lisa, si es necesario dale golpecitos con las manos para alisar la superficie, debes dejar la masa de un grosor de 5 cm. aproximadamente pues el secreto de los scones es que no sean demasiado delgados.
Corta la masa con un corta-pastas redondo de unos 5 cm. aproximadamente, y con cuidado colócalos sobre la bandeja de horno, dejando espacio entre ellos pues crecerán algo dentro del horno. Pinta los scones con la butermilk e introduce la bandeja en el horno durante unos 12 minutos, hasta que suban y se doren.
Luego deja enfriar sobre una rejilla y ¡a comer!.
Deseo que te hayan gustado mis Scones y te animes a prepararlos, si es así quédate conmigo en este blog y hazte seguidor aquí
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