No sé si lo sabéis, pero un grupo de amigas “feisbukeras” llevamos un grupo de facebook para compartir recetas al que, por supuesto, estáis invitados: Cocina casera.
El caso es que hace unos días, mi amiga Inma del blog Entre 3 Fogones (de quien ya me habéis visto hablar muchas veces antes), se sacó de la manga una receta riquísima que compartió con nosotras, y nos propuso hacer cada una nuestra versión. Y, bueno, ya sabéis que yo me apunto a un bombardeo, así que aquí estoy con mi versión de su solomillo de cerdo en salsa de yogur.
Esta receta, además, tiene un lujo añadido. El ras-el-hanout es casero. Y este, en particular, viene con mucho amor añadido, ya que me lo mandó Inma hace un tiempo, y lo guardo para ocasiones especiales. Es ese botecito con la tapa blanca que sale en las fotos. Así que muchas gracias, Inma, por la receta, y por tu cariño, expresado en esta ocasión por tu mezcla casera de especias.
Y esto es todo. Hoy veréis mi receta, la de Inma y las del resto de mis compañeras, Sylvi, Maryjose, Maribel y Patricia. Y lo mejor, que cada una va a tener su toque. Os van a encantar.
Y ahora vamos con mi versión. Espero que os guste.
Ingredientes para 4 personas:
2 solomillos de cerdo
1 diente de ajo
1 cebolla tierna (usé una cebolleta)
100 ml de vino blanco dulce
1/2 pastilla de caldo de carne
100 ml de agua
1 taza o dos yogures naturales enteros
1 cucharadita de miel
2 cucharaditas de fécula de maíz (maizena)
2 cucharaditas de agua
1 cucharada de ras-el-hanout
perejil fresco picado (o congelado, pero no seco)
1 pizca de sal
pimienta de colores recién molida
aceite de oliva virgen extra
Preparación:
1.- Pelamos la cebolla y la cortamos en juliana. Pelamos también el diente de ajo y lo picamos pequeño.
2.- Preparamos una cazuela con un chorrito de aceite de oliva que solo cubra el fondo y lo ponemos a fuego suave. Incorporamos el ajo y la cebolla, removemos y dejamos pochar a fuego suave, hasta que la cebolla esté transparente y empiece a dorarse.
3.- Añadimos ahora el vino y dejamos que evapore el alcohol durante un minuto o un poco más. Añadimos entonces el agua, la pastilla de caldo (o los sustituimos por caldo de carne). Dejamos que arranque el hervor, dejamos un par de minutos más y añadimos el yogur y la miel.
4.- Dejamos ahora que cueza un poco durante un par de minutos. Mientras, disolvemos la fécula de maíz en las dos cucharaditas de agua.
5.- Apartamos la cazuela del fuego. Trituramos su contenido con la batidora de brazo hasta que sea una salsa fina (a mí me gusta dejar pequeños tropezones, pero eso ya es a vuestro gusto).
6.- Volvemos a poner la salsa a fuego suave. Añadimos la fécula de maíz disuelta a la salsa, removemos un poco hasta que se haya disuelto bien y la salsa haya espesado y apagamos el fuego. Salpimentamos.
7.- Mientras, limpiamos los solomillos de su grasa y los cortamos en medallones de aproximadamente 1 dedo de grosor (saldrán unos 8 trozos más o menos por cada uno). Echaremos encima una cucharada de ras-el-hanout e impregnaremos con él todos los trozos de solomillo.
8.- Preparamos una sartén a fuego medio con un poco de aceite de oliva (una cucharada como mucho, no vamos a freír los solomillos). Cuando esté caliente, sin humear, colocamos los solomillos (por turnos si es necesario) y los hacemos un par de minutos como mucho, hasta que se doren por la base y veamos la mitad del lado blanca. Les damos entonces la vuelta y hacemos lo mismo. Cuando el lado sea blanco y se haya dorado la base, los retiramos. Si los hacemos demasiado quedarán muy secos.
9.- Serviremos los medallones con la salsa por encima y terminaremos con un poco del perejil picado. En este caso los acompañé de unas judías verdes.
¿Qué os parece la receta? Pues a falta de una, aquí tenéis las del resto de mis compis. Pinchad en la fotos; debajo de cada una está el enlace a su blog.
¡Que aproveche!