Los espaguetis con ajo, aceite y guindilla, o spaghetti aglio, olio e peperoncino, como se conocen tradicionalmente en Italia, es un plato muy, muy sencillo, consta de cuatro ingredientes básicos y se prepara en un instante, pero no por ello deja de estar muy bueno.
Es una receta rápida de preparar, siempre se tienen los ingredientes en casa y es ideal para esos momentos en los que no tenemos ganas de cocinar, no tenemos tiempo, o no encontramos nada más.
Aquí os quiero enseñar cómo se prepara de la manera tradicional, pero también algún truco que he aprendido de mi madre y que les da un toque muy especial, potenciando un poco su sabor.
Historia de los spaghetti aglio, olio e peperoncino
Este plato es un conflicto entre varias regiones de Italia, las cuales se disputan el origen de la receta. Por un lado Campania y por otro, Abruzzo (o Abruzos en español). Es en Nápoles, Campaña, donde más énfasis se hace en ser los “padres” de los spaghetti aglio, olio e peperoncino. Se dice que como muchas otras recetas de la región, nacieron como un plato pobre, siendo los espaguetis con almejas sencillos, o sea, sin almejas.
Fueron llamados durante mucho tiempo “vermicelli alla Borbonica” y la autora del libro de cocina más famoso y vendido llamad “La cocina napolitana”, Jeanne Caròla Francesconi, dice que inicialmente, la pasta utilizada en esta receta eran los linguine.
Los ingredientes a utilizar
Al ser una receta tan sencilla, podemos utilizar los ingredientes que tengamos a mano, no hace falta ir a un supermercado especializado para comprar determinadas cosas, si bien es cierto que hay combinaciones que dan un mejor resultado que otras. Aquí os explico las que utilizo yo.
El aceite: Evidentemente, utilizaremos un aceite de oliva virgen extra, ideal para dar sabor a esta receta. Existen variedades de aceite a la guindilla, que pueden dejar un buen sabor a la pasta si sois amantes del picante.
El ajo: Un ajo por persona, ya que es el ingrediente que más sabor aporta. Si no nos gusta demasiado, reducimos a la mitad, si nos gusta mucho, ponemos un par más.
La guindilla: Hay quien la prefiere fresca, hay quien la prefiere seca… Yo lo preparo siempre con la guindilla fresca, le quito las semillas y lo corto a trozos muy pequeños.
La pasta: Ya lo dice el nombre de la receta; usamos espaguetis. Tienen que ser finos, del número 5 y siempre duros. Como os comentaba antes, también se pueden utilizar los linguine, mi segunda opción favorita. Secretos de preparación
A la hora de preparar los spaghetti aglio, olio e peperoncino hay dos puntos importantes a tener en cuenta. Uno es la cocción de la pasta y el segundo, la finalización.
De mi madre he aprendido este pequeño truco, que sirve para dar un toque de sabor extra a la pasta. Consiste en añadir un par de hojas de salvia y una ramita de romero al agua, de esta forma, los espaguetis se tomarán de su aroma y estarán más sabrosos.
El segundo punto es la cocción de la pasta. Ésta se realiza en dos partes, durante seis minutos en la cazuela, hasta que están al dente y el resto en la sartén con un poco de agua de la cocción, de esta forma, el almidón que ha quedado en el agua, junto al aceite y los ingredientes, crean una salsa cremosa muy buena.
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