Es una receta rápida, fácil. Utilizamos aceite en lugar de mantequilla, lo que mantiene la tarta más húmeda y como la calabaza de por sí ya aporta humedad no hay posibilidad de que nos salga una tarta seca. ¡Jugosa y deliciosa!!
A mi esta tarta me recuerda a la de zanahoria pero realmente tiene un fuerte sabor a calabaza.
Ingredientes:
2 huevos grandes
1 taza de azúcar
1 taza de puré de calabaza (haz calabaza al horno y utiliza su pulpa)
1/2 taza de aceite
1 cucharadita de extracto de vainilla
1 taza de harina
1 cucharadita de levadura química
1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de sal
Para el frosting (la cobertura)
175 gramos de queso crema (tipò Philadelphia)
1/4 taza de mantequilla sin sal en pomada
1 y 1/2 tazas de azúcar glass
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
1/2 cucharadita de sal
Preparación:
Tarta
Precalentad el horno a 180º.
En un bol grande, poned los huevos, el azúcar, la pulpa machacada de la calabaza, el aceite, la vainilla y batid con la batidora.
Agregad la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato de sodio, la sal y removed hasta que estén bien mezclados los ingredientes pero no mezcléis en exceso.
Echad esta mezcla en un molde de 20×20 cm, que habréis untado previamente con mantequilla. Alisad ligeramente la parte superior con una espátula. Hornead durante unos 35 a 40 minutos o hasta que ya esté y al insertar un palillo en el centro salga limpio.
Dejad enfriar antes de desmoldar.
Frosting
En un tazón grande (o el vaso de la batidora) poned el queso, la mantequilla, el azúcar glass, la vainilla, la sal y batid con la batidora eléctrica hasta que quede una mezcla suave y esponjosa. Echad la mezcla sobre la tarta ya fría y extendedlo en una capa lisa y uniforme con una espátula o un cuchillo.
Cortad y servid. La tarta se conservará a temperatura ambiente hasta 4 días o en la nevera hasta 1 semana.
¡Disfrutadla sin miedo!