Aunque es un postre que podemos hacer cualquier día del año, la época ideal para su elaboración es el verano, porque no necesita horno y se guarda en la nevera.
Queda riquísima y veréis que fácil es de hacer. En casa nos encanta y ya la he hecho varias veces para cumpleaños de verano.
Ingredientes:
1 paquete de galletas María
100 gr de mantequilla derretida
2 sobres de gelatina de limón
500 ml de nata (crema de leche) para montar
250 gr de queso tipo Philadelphia
100 gr de azúcar
200 ml de agua
150 ml de leche entera
Preparación:
Picamos las galletas hasta que queden prácticamente hechas polvo. Mezclamos las galletas con la mantequilla derretida hasta formar una masa para la base de nuestra tarta. Cubrimos la base del molde (20 cm) con papel de hornear y seguidamente repartimos de manera homogénea la masa de galleta. Reservamos en el frigorífico.
En un bol mezclamos la nata (crema de leche) con la crema de queso, la leche y el azúcar. Batimos bien todo hasta que queden bien integrados todos los ingredientes.
Calentamos 200 ml de agua para disolver los sobres de gelatina de limón, dejamos templar la gelatina y añadimos a la mezcla anterior. Batimos bien para que se integren todos los ingredientes.
Vertemos esta mezcla encima de la base de galleta que teníamos reservada en el frigorífico. Y volvemos a guardarla en la nevera durante un mínimo de 3 horas, hasta que cuaje y esté sólida. Personalmente suelo dejarla de un día para otro.
Antes de servir esta deliciosa tarta la decoramos a nuestro gusto.
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