Esta tarta es muy fácil de hacer y podéis adornarla con la fruta del bosque que más os apetezca.
La base de la tarta es queso Mascarpone. Este queso es fresco y está elaborado con leche de vaca. Su pasta es blanda y su sabor es dulce y un poco ácido. Su origen se sitúa en Italia, en la región de Lombardía. Su contenido en grasa es muy alto ya que oscila entre el 60% y 75%. Precisamente su rico contenido de grasa hace que sea un ingrediente indispensable en recetas italianas como el Tiramisu y las tartas de queso por su textura mantecosa. En realidad, el Mascarpone es una crema espesa a punto de convertirse en mantequilla.
El nombre “mascarpone” puede provenir del español “mas que bueno”, un vestigio de la época en que los españoles gobernaban Italia. Otra posibilidad es que el nombre derive de “mascarpia“, el término dialectal local para el queso Ricotta, porque tanto el Ricotta como el Mascarpone son resultado de procesos muy similares. Otra opción es que el nombre provenga de la palabra “mascarpa“, un producto lácteo elaborado con suero de queso envejecido.
En cualquier caso, lo importante es disfrutar de este magnífico queso, provenga el nombre de donde provenga.
Ingredientes
200 gramos de galletas de avena
100 gramos de mantequilla
500 gramos de queso Mascarpone
125 gramos de azúcar
100 ml de leche
4 hojas de gelatina
1 cucharadita de vainilla líquida
frutos del bosque para adornar (zarzamoras, fresas, arándanos, etc.)
Preparación:
Necesitaréis un molde, cuadrado (24 cm) o redondo (24 cm de diámetro), untado con mantequilla (mejor con la base desmontable).
Base:
Lo primero que vais a hacer es preparar la base de la tarta y para eso trituráis las galletas, bien con una picadora, con la Themomix, o las podéis meter dentro de una bolsa de plástico y las trituráis con un rodillo.
Una vez trituradas las mezcláis bien con la mantequilla que debe estar a temperatura ambiente y ponéis la mezcla en el molde.
Para que la base se ajuste correctamente al molde, la mantequilla debe mezclarse muy bien con las migas de galletas. El molde con la mezcla de las galletas lo guardáis en la nevera al menos durante 1 hora antes de agregar el relleno para que las migas no se mezclen con la mezcla del queso.
Relleno:
Poned la gelatina a hidratar en un bol con agua fría. Dejadla unos 5 minutos.Mientras tanto, poned a calentar en un cazo la leche con el azúcar hasta que hierva. Una vez hierva, añadid la gelatina y disolvedla por completo. Déjadlo enfriar hasta que esté tibio.
Batid el queso Mascarpone con unas varillas y añadid la vainilla. Luego poco a poco, id añadiendo la mezcla de gelatina, batiendo bien y mezclando de manera homogénea.Verted esta mezcla de queso encima de la masa ya refrigerada y metedlo de nuevo en el frigorífico hasta que el queso se solidifique. Necesitaréis 2-3 horas como mínimo. Mejor la preparáis de un día para otro pero no olvidéis que sólo podéis tardar un par de días en comerlo. El queso es freso y no aguanta mucho mas.
Cuando la tarta esté cuajada, arreglad la fruta encima como más os guste. ¡Deleitaos!