Veréis... tarta de queso hay mil y una formas de hacerla (bueno, más o menos). Las hay que llevan sobrecitos de cuajada (como los sobres de flan), o gelatina y se cuajan en nevera, y las hay que llevan huevo, y se cuajan en el horno, aunque luego siempre se sirven frías, claro.
Esta vez, probé con la de horno, y añadiendo un queso que nunca había probado: el mascarpone. Este queso se usa también para hacer el tiramisú. Yo lo encontré en la sección de quesos del Mercadona.
Es muy fácil de hacer, ya veréis:
INGREDIENTES:
- Una tarrina de queso blanco para untar (tipo Philadelphia)
- Una tarrina de queso Mascarpone (en Mercadona)
- 3 Huevos
- 200 ml de nata (crema de leche)
- Un vasito pequeño de leche (100 ml. aprox.)
- 8 cucharadas soperas de azúcar
- 1 cucharadita de maizena (se escribe así!)
- Un poco de ralladura de limón
Para la base:
- Mantequilla-margarina
- Un paquete de galletas (yo le pongo uno de Chiquilín)
Decoración:
-Mermelada (de fresa, frambuesa, frutos rojos.... al gusto)
Empezamos haciendo la base: derretimos la mantequilla o margarina en un cazo a fuego muy lento, mientras trituramos el paquete de galletas, yo lo hago con la picadora para no tirarme tanto rato con el mortero.
Se mezclan las dos cosas y ponemos
esta pasta en la bas e de un molde desmoldable (ojo con éstos, si se deforman por el calor, puede salirse después la masa). Apretamos bien las galletas para que se quede el fondo, y mientras preparamos la tarta, metemos la base al congelador.
Después batimos bien con la batidora los demás ingredientes (huevos, leche, nata (crema de leche), azúcar, ralladura de limón y maizena) hasta que se quede sin grumos. Lo echamos por encima de la base de galletas y se mete al horno a 180º unos 30-40 minutos. Volvemos a usar el truco de cuchillo-palillo: si pinchamos y el cuchillo sale limpio es que ya está.
Cuando retiremos del horno, y se haya enfriado a temperatura ambiente
(nunca hay que meter directamente del horno al frigo), lo metemos a la nevera unas horitas. Estas tartas siempre están más buenas cuanto más tiempo lleven en nevera.
Cuando vayamos a servirla, la adornaremos por arriba con la mermelada. Lo que yo hago es calentarla un poquito en un cazo muy muy flojito con un pelín de agua, para que se quede como sirope. Y ya está! Espero que os guste...