Aquí me tenéis una semana más dispuesta a compartir con vosotros una receta de lo más rica y sencilla de preparar.
Hace unos días fue mi cumpleaños y me tocó trabajar en el laboratorio. Decidí “celebrarlo” con todos mis compis, que son unos cuantos! Alguna compañera ya me había dicho que la próxima vez que llevara algo no fuera de chocolate, como las últimas veces…. Me puse en la cocina y preparé una tarta de zanahoria (o Carrot cake si me pongo en plan fashion, jejeje) lo suficientemente grande para que más de 30 personas pudieran probarla.
Es una tarta muy típica en EEUU, pero hace relativamente poco que se empieza a degustar aquí. Y creo, que eso de poner una verdura en un pastel…a más de uno aún le cuesta. Yo era una de éstas, y ahora puedo decir que no sabía lo que me estaba perdiendo! Qué buena, dulce, esponjosa….mmmm ya salibeo solo de visualizarla en mi mente. Tiene un sabor suave a zanahorias, pero también deja ver los sabores de resto de ingredientes. Y hablando de ingredientes….. porqué no tomáis nota de lo que se necesita?
420 gr de harina
6 huevos
1 sobre de levadura
200 gr de aceite
150 gr de leche
2 cucharaditas de canela en polvo
450 gr de zanahorias
420 gr de manzanas
360 gr de azúcar
zumo de 1 limón (opcional)
250 gr de mantequilla
450 gr de azúcar glas
250 gr de queso cremoso
6 cucharaditas de leche
colorante naranja y verde (opcional)
Sé que la lista es larga, pero que no sea la excusa para no probar ésta tarta! Contad que las cantidades que os estoy dando es para una tarta muy grande, utilicé una bandeja de horno (un poco más pequeña de lo habitual) e hice dos planchas de bizcocho. Que si ponéis éstas cantidades en un molde normal de 25 cm….os va a quedar muy gruesa y puede que tengáis algún que otro problemilla. Pero es cuestión de probar…. Aunque creo que con la mitad de todo os saldrá bien.
Ya sabéis que para hacer cualquier receta de repostería, es mejor tenerlo todo listo en la encimera antes de empezar a mezclar los ingredientes. Así que lo primero que hay que hacer es limpiar bien las zanahorias, cortales las hojas y pelarlas. Tened en cuenta de pesar alguna de más, porqué las pieles pesan lo suyo. Ralladlas con un rallador, o si lo preferís, podéis pasarlas por la picadora y dejarlas muy pequeñitas. Yo lo hice así (menos trabajo manual, jejeje). Y las vamos a apartar por ahora.
Haremos lo mismo con las manzanas. El peso que os he indicado equivale a unas 3 manzanas y media de tamaño pequeñas-medianas. Las manzanas se oxidan muy rápidamente, por lo tanto hay que trabajar rápido, o bien dejarlas en agua con un chorrito de zumo de limón antes de picarlas para que no cojan ése color marrón tan feo, y rallarlas en el momento de utilizar. Si optáis por ponerlas a remojo, acordaos de pasarlas por un papel absorbente antes de rallarlas, para sacarles el exceso de agua.
Haremos una mezcla con la harina, la levadura y la canela, que tendremos que tamizar bien. Reservamos la mezcla. Ahora ya está todo limpio, rallado y pesado sobre la mesa. Pues a empezar!
En un bol grande vamos a mezclar los huevos con el azúcar y el aceite hasta que quede bien integrado. Poco a poco añadiremos la mezcla de harina, procurando que no queden grumos. Cuando ya esté todo mezclado, añadiremos la zanahoria y la manzana de golpe. Con la ayuda de una espátula (o una cuchara grande…da igual) mezclamos todo hasta que la masa cubra por completo cada trocito de manzana y de zanahoria.
Tendremos el horno precalentado a 180°C . Yo aquí dividí la masa en dos partes iguales. Extendí la mitad en la bandeja de horno engrasada y la horneé durante 25 minutos, con calor arriba y abajo y la bandeja a media altura. Repetí luego con la otra mitad. Si habéis optado por probar éstas cantidades en un molde….tardará más en cocerse (calculo a ojo-cubero que unos 40-45 minutos), así que ir mirándolo con un palillo.
Mientras se enfría el bizcocho (por falta se tiempo lo puse en la nevera…y me fue de fábula) vamos preparando la crema. Es muy fácil: batir el azúcar glas con la mantequilla blanda. Tapad un poco el recipiente porqué se formará una humareda!!…. Añadirle la leche para facilitar que se integre todo. Y por último se le añade el queso cremoso, que debe estar bien frío. Vamos batiendo de menos a más velocidad, cuanto más rato se bata más consistencia tendrá. Lo guardamos en la nevera hasta que se vaya a usar.
Para el montaje de nuestra carrot cake vamos a hacer lo siguiente: capa de bizcocho (si solo lo habéis hecho en una vez, tendréis que cortarlo por la mitad) y capa de crema. Yo lo hice en dos capas. La superior de crema intentad dejarla lo más lisa posible. Aquí es donde yo quise decorar un poco, de modo que separé un poco de crema de queso antes y la dividí en dos partes: una la teñí de color verde y la otra naranja. Puse cada crema en un bolsita de éstas tipo zip y corté una esquinita (a modo de manga pastelera) y empecé a hacer zanahorias por todo lo alto de la tarta. Pensaba que eran muchas….pero al final me gustó como quedó.
¿ Qué os parece a vosotros? Quedó la mar de mona! Y muy, muy buena. No es que lo diga yo solamente, todos los compañeros quedaron encantados con la tarta. Gustó tanto que tuve que “vigilar” que llegara para todos (incluidos los del siguiente turno), simplemente volaba. Llegué a tiempo de poder hacerle ésta foto, para que vierais el interior:
No es de gran calidad la foto….lo sé. Pero lo importante es el sabor! Tenéis que probarla, en serio! Una tarta diferente, con verdura incluida: dulce y sana a la vez, jejeje ¡Qué se puede pedir más! Hacerla en casa y me decís. Y si queréis “conservar la línea” y hacerla más “light”, basta con hacer el bizcocho sin la crema. Ideal para desayunar con el café con leche o para merendar los peques. La cuestión es darle un toque dulce a vuestro día. Hasta la próxima golos@s!
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