¿Por qué repetir? Porque así la podemos hacer juntas, es la que más le ha gustado y, como es para la celebración de su cumpleaños, la tiene que elegir ella y ha elegido el semifreddo, que se trata de una preparación de origen italiano, tartas y postres semi helados con una textura diferente a las tartas sin horno habituales y, sobre todo, cuando llega el buen tiempo, sientan de maravilla.
¿Por qué Tarta Rapunzel? Porque este año, es su princesa favorita, hemos visto la película, la serie, el musical..., tiene la muñeca, su barita mágica,... Así que la temática no podía ser otra.
Además, la hemos elaborado con fresas porque es una de las frutas que más le gustan. Así que, hemos cambiado el arándano por la fresa y también la presentación, de manera que parece una tarta muy diferente.
Los ingredientes que vamos a necesitar para mi versión de esta dulce y refrescante receta para ocho personas son:
Para la base:
150 g de barquillos de nata (crema de leche)
Para la crema:
250 g de mermelada de fresas
500 ml de nata (crema de leche) para montar
Para el coulis:
300 g de fresas
2 cucharadas de azúcar
1 chorreoncito de zumo de limón
Para decorar:
fresas
Para la base de nuestra tarta helada vamos a utilizar unas galletas de barquillo rellenas de nata (crema de leche). La crema hará que no necesitemos ningún ingrediente más porque, al triturarla, las migas se unen. Además, le dará un color dorado que contrastará con el color del semifrío.
En cuanto a la mermelada, podemos pasarla a través de un colador o tamiz para tener una consistencia suave y aterciopelada, aunque yo no lo suelo hacer, me gusta que rompa con la monotonía del color blanco de la nata (crema de leche) con diferentes tonalidades.
Preparación:
Comenzamos con la base de nuestra tarta, para ello, introducimos las galletas en un vaso de un procesador de alimentos y trituramos hasta obtener migas. Cogemos un molde desmoldable redondo de 18 centímetros, vertemos las migas de galleta en él y nivelamos bien con el dorso de una cuchara. Llevamos el molde al congelador.
Cortamos unas fresas por la mitad o en láminas gruesas para decorar la base antes de verter la crema de nata (crema de leche) con mermelada. Cada vez que la he hecho he necesitado 9 fresas cortadas por la mitad.
Vertemos la nata (crema de leche) en un vaso de un procesador de alimentos y batimos. Cuando esté casi completamente montada, bajamos la velocidad y añadimos la mermelada de fresa, cucharada a cucharada, para no desmontar la nata (crema de leche).
Sacamos el molde del congelador, decoramos las paredes con las fresas y vertemos la crema obtenida dentro del molde, lo llevamos de nuevo al congelador y la dejamos reposar durante unas 4 horas, como mínimo.
Presentación:
Sacamos del congelador y desmoldamos. Podemos servirla inmediatamente y disfrutarla como un helado o dejarla descongelar ligeramente. A mí me gusta sacar la tarta del congelador, al menos, 15 minutos antes de servir.
La desmoldamos y la colocamos sobre una base de tarta. Para terminar, decoramos con un poco de coulis y unas fresas frescas cortadas.
Transcurridos los 15 minutos, la llevamos a la mesa y lista para la disfrutar de esta cremosa, fresquita y sabrosa tarta.
Como es para el cumpleaños de Ma Petite Chloé, vamos a terminar colocando un cake topper de Rapunzel que ella ha elegido.
¿Qué te parece esta tarta? Es ideal para una celebración o simplemente para disfrutar de algo que nos refresque los días calurosos de la primavera y el verano.
No sabemos por qué nos atrae tanto la nata montada (crema de leche), quizás porque es una delicia esponjosa y dulce. Me encanta verla montar, cómo gira las varillas y cómo va cambiando la textura. Si te gusta la nata (crema de leche) tanto como a mí, esta tarta es para ti.
Bon appétit!