Aunque la tarta Red Velvet sea la última tendencia en repostería, en realidad su origen se remonta a los años 40 y 50 en EEUU. Su inconfundible color rojo la hace muy atractiva visualmente y su sabor aterciopelado derriten a cualquiera.
Pero volviendo al siglo XXI, y encontrándome con un reto tan complicado, sobre todo por los ingredientes (es muy difícil dar con el correcto colorante que deje ese color rojo intenso), decidí probar con una de esas mezclas preparadas que se venden en los supermercados; en mi caso elegí la marca Betty Crocker, Red Velvet Cake mix. Queréis saber mis opinión y resultado?
aquí por si os queda alguna duda, seguro que lo sabréis hacer genial!
Para decorar la tarta y darla un toque de color, opte por unas frambuesas y unas grosellas, que aportan ese amargor que contrarrestan al azúcar de la tarta.
CONCLUSIONES:
En mi opinión, y después de la experiencia, no termino de coger el punto a los preparados de tarta; el bizcocho no quedó todo lo rojo que debía sino que adoptó un color tirando al marrón. Respecto al sabor tampoco me termina de convencer.
La cobertura Fondant es siempre muy atractiva a la vista, pero dependiendo de la cantidad de azúcar que estés dispuesto a comer, puede que te encante o que te empache. En mi caso, tengo que reconocer que no es muy de mi agrado, pero para gustos colores y sobre todo, sabores!
Prometo hacer futuros intentos con la cobertura de Fondant, espero que no me salgan churros sino postres bien bonitos! :) :)
Un beso a todos y feliz Semana Santa!