El nombre de esta tarta que ha pasado a la posteridad se debe a las hermanas Caroline y Stephanie Tatin que en el año 1889 regentaban un hotel con su nombre en el pueblo francés de Lamotte-Beuvron.
Se desconoce si la elaboración de la tarta invertida fue un hecho accidental o la hizo Stephanie con todo conocimiento, el caso es que la receta en la que las manzanas van en el fondo del molde y se cubre con la masa brisa, quebrada o bien con hojaldre ha sobrevivido al paso del tiempo.
Se puede hacer con otras frutas como pera e incluso hay versiones saladas, el caso es revisitar la receta.Como yo soy una persona práctica, no voy a hacer la masa, sino que la compro ya elaborada de las que venden enrolladas refrigeradas. Así ahorro tiempo para hacer otras cosas.
Se acompaña con helado de vainilla o crema fresca a vuestro gusto y se desmolda aún calentita.
Para 8 personas:
1 lámina de masa quebrada o brisa
1 Kg de manzanas
200 g de azúcar
75 g de mantequillaSe pelan y cortan las manzanas en trozos. Se pone en una cazuela o sartén el azúcar y la mantequilla para hacer un caramelo. Debemos dejarlo dorado pero no muy marrón.
Añadimos las manzanas y dejamos que se caramelicen unos 20 minutos. Quitamos del fuego y dejamos reposar otros 20 minutos en el molde en que la vayamos a hacer.
Se precalienta el horno a 180º con calor arriba y abajo. Se desenrolla la masa y se cubren las manzanas con ella, arremetiendo los bordes hacia dentro. Yo me ayudé con un tenedor para meter la masa por los bordes.
Se pincha la masa y se hornea hasta que se dore la superficie, unos 20-25 minutos según horno.
Se deja templar un poquito y se le da la vuelta con un plato grande. Se sirve templada acompañada de helado de vainilla.