Ingredientes para 12 unidades:
75 g de harina de fuerza
75 g de harina normal
30 g de azúcar de caña integral
30 g de azúcar glas
60 g de manteca de cerdo
25 g de sésamo tostado
1 pizca de canela
1 cucharadita de las de cafè de anís
60 g de vino moscatel (4 cucharadas)
Elaboración:
Precalentar el horno a 160º.
Mezclar las dos harinas y extenderlas en la bandeja del horno. Hay que sacarla cuando cambie de color, habrá que vigilar en cuanto empiece a oler a tostado y removerla para que no se pase.
Colocar la harina tostada en un bol, añadir la canela, el sésamo y el azúcar de caña y mezclar.
Incorporar la manteca a temperatura ambiente y remover con una espátula hasta que quede todo bien integrado.
Añadir el anís y el moscatel, mezclar y amasar formando una bola.
Extenderla con un rodillo, un grosor de 1 cm. aproximadamente, cortar los roscos con la ayuda de un aro. Para hacer los orificios centrales, podemos utilizar un vaciador de manzanas o un tapón hueco, por ejemplo.
Juntar la masa sobrante y volverla a extender, formando nuevos roscos. Repetir hasta terminarla.
Subir la temperatura a 180º, colocar los roscos en la bandeja, sobre papel de horno y hornear durante 10’, no han de tostarse demasiado.
Dejarlos enfriar sobre una rejilla y, una vez fríos, rebozarlos con el azúcar glas.
Con estas cantidades os saldrán entre 12 y 14 roscos, depende del tamaño del aro y también del grosor. Hace falta que os diga que están de vicio? Imposible comer sólo uno… Típicos de las fiestas navideñas y perfectos para obsequiar, dentro de un tarro de cristal o envueltos individualmente con papel de seda.