Haciendo estas tejas de almendra me he sentido un poco bruja porque, mientras estaba preparando los ingredientes y trajinando en la cocina, pensaba en el cuento de Hansel y Gretel que alucinaron al ver en medio del bosque una casa de pan de gengibre, cubierta de bizcocho, chocolate, caramelos y con ventanas de azúcar. Vamos, el sueño de cualquier goloso, sea niño o mayor. Y yo pensaba que estas tejas de almendra hubieran sido el remate final de una casa hecha toda ella de dulces. Claro que no he dicho hasta ahora que la casa en cuestión era una trampa y albergaba una bruja cuyo máximo deseo era comerse a Hansel y Gretel. Dejé mi escoba voladora y mi imaginación y volví a la tierra para centrarme en este postre tradicional cuya única finalidad es acompañar un café, un té o un helado y, por supuesto, dejar en paz a los niños.
RECETA
.
INGREDIENTES
100 g de azúcar glass
2 claras
125 de almendra laminada
30 g de harina
50 g de mantequilla
.
PREPARACIÓN
Batir las claras a punto de nieve hasta que queden bien firmes.
Añadir la mantequilla derretida, la harina tamizada y la mitad de las almendras. Mezclar bien.
Cortar un trozo de papel de horno del tamaño de la bandeja y cortarlo en 4 trozos iguales pues las tejas las haremos de 4 en 4.
Poner en cada cuadrado de papel una cucharada de la masa y extenderla con el reverso de la cuchara dándole forma redonda. Poner por encima almendras laminadas.
Cuando tengamos listas las 4 primeras tejas las meteremos en el horno previamente calentado a 170º durante 8 o 9 minutos (cuando los bordes esté dorados las tejas ya estarán listas).
Sacarlas del horno y sin despegarlas del papel colocarlas sobre un rodillo de cocina apretando bien la teja para darle la forma curvada del rodillo. Si solo tenéis un rodillo, podéis ponerlas sobre una botella estrecha o sobre un rollo de papel Albal.
Cuando se enfríen un poco podremos quitarle el papel de horno y quedarán con la forma curvada característica de las tejas.
Mientras las primeras tejas se van enfriando, iremos metiendo 4 más y así sucesivamente hasta acabar la masa.
Conservarlas en una caja metálica.