Hacía mucho tiempo que no comía espárragos frescos, pero ayer pasé por el mercado y compré un manojo que me serviría para hacer el plato de hoy.
No quería hacerlos a la plancha sin más, me apetecía darle un toque especial y rebuscando en la nevera encontré un trozo de parmesano que me iluminó.
Hace no sé cuanto, vi por internet unas tejas de parmesano que me llamaron mucho la atención, así que aproveché para hacer las tejas como recipiente para los espárragos.
Y ya está una receta sencilla, pero que nos puede servir como entrante para una comida de celebración y además es casi de dieta, porque lo más calórico es el queso y tan solo lleva 10 gramos por teja. ¡Eso no es ná!
INGREDIENTES:
1 manojo de espárragos frescos.
30 gr de queso parmesano rallado
Sal en escama.
1 cucharadita de aceite.
PREPARACIÓN:
Cortarle a los espárragos la parte inferior que está más dura.
En un cazo con agua hirviendo escaldar los espárragos 4-5 minutos. Sacar y secar un poco.
Rallar queso parmesano. Poner montones en una bandeja de horno dando forma redondeada y hornear a 180º hasta que los veamos ligeramente dorados, no mucho.
Sacar las tejas y con cuidado de no quemarse ponerlos sobre un rodillo para darles forma curva.
Poner unas gotas de aceite en una plancha caliente y dorar los espárragos con una pizca de sal.
Cortar las puntas de los espárragos y reservar el resto (los podemos aprovechar para tortilla).
Colocar las puntas de los espárragos sobre las tejas y adornar con sal en escama.
Cortamos la parte inferior del espárrago, suele estar muy dura.
Los echamos en un cazo con agua hirviendo durante cuatro o cinco minutos. Los sacamos y los escurrimos bien. Si no queremos escaldarlos los podemos poner directamente en la plancha pero tardarán más en hacerse.
Ponemos unas gotas de aceite en una plancha caliente y colocamos los espárragos en fila. Le echamos un poquito de sal.
Ya los tenemos doraditos, esto es al gusto de cada uno. Cortamos las puntas que es lo que vamos a usar y reservamos los tallos para otra cosa, por ejemplo una tortilla.
Mientras estamos haciendo los espárragos, preparamos las tejas. Rallamos unos 30 gramos de queso parmesano, cunde mucho al rallarlo.
Ponemos montoncitos de queso en una bandeja de horno con papel vegetal y horneamos a 180º, unos cinco o diez minutos, hasta que los veamos un pelín dorados, no mucho que si no se nos parten.
Cuando ya los tengamos dorados, los sacamos.
Y los apoyamos suavemente sobre un rodillo para dar forma curva. Esto hay que hacerlo rápido, cuando aún está caliente, si no, se nos endurece.
Solo nos queda colocar las puntas de los espárragos sobre las tejas y poner unas escamas de sal por encima.
Un aperitivo sano y muy vistoso.
¿A que tiene buena pinta?