Hoy toca una ensalada templada. Sí, ya sé que hace un calor de morirse (38ºC en mi ciudad ahora mismo, y son las 7 de la tarde), y que hoy estoy al punto límite de convertirme en algo parecido a una gelatina. Si no llego será por la cantidad de agua bien fresca que me estoy tomando (iré por unos 3 litros en lo que va de día, y suma y sigue). Pero es que ya puede hacer el calor que queráis, que algo con un poco de temperatura me gusta cuando toca emplatar.
Así que hoy os traigo una ensalada que he hecho varias veces. La “adopté” de un restaurante de mi ciudad, Duuo, que os recomiendo si un día pasáis por aquí.
La idea es la misma, aunque la ejecución es diferente, ya que los aliños los hago a mi manera, igual que la brandada, que lleva un par de toques diferentes, entre ellos menos aceite y la nata (crema de leche), y que dejo con algunos tropezones porque me gusta en plan rústico. Aunque ya sabéis, a la hora de cocinar, el toque se lo tenéis que dar vosotros, y si os gusta, por ejemplo, la brandada más fina, la pasáis por la batidora de brazo. Igual que podéis pelar los tomates si queréis. Esto es ya adaptarlo a vuestros gustos.
El plato final es una mezcla de texturas y sabores que, aunque puedan no parecerlo, resultan frescos y muy apetecibles para un plato que, en mi casa, acompañado de un poco de ensalada, se convierte en único. Y que es todo un éxito desde la primera vez que lo hice.
¿Vamos allá?
Ingredientes para 4 personas:
– 1 bote de lentejas, en este caso, pardinas
– 6 tomates de ensalada medianos maduros
– aceite de oliva
– sal
Para la brandada de bacalao:
– 250 gr de bacalao al punto de sal
– 2 patatas grandes
– 2 dientes de ajo
– 4 dientes de ajo negro
– perejil fresco picado
– aceite de oliva
– 1 vasito de nata (crema de leche) líquida (unos 150 ml)
– pimienta blanca molida
Preparación:
1.- Lavamos los tomates y los troceamos a daditos. Los ponemos en un bol y los aliñamos con aceite de oliva y un poco de sal. Los reservamos.
2.- Calentamos las lentejas en un cazo y, cuando hayan tomado temperatura, las apartamos y las escurrimos un poco antes de montar el plato.
Preparación de la brandada:
1.- Pelamos y troceamos a dados las patatas. Las llevamos a ebullición con agua y sal, como si fuésemos a hacer un puré. Las dejaremos unos 10 ó 12 minutos (dependiendo del tamaño de las patatas) hasta que veamos que están bien hechas. Las escurrimos.
2.- Pelamos y picamos los ajos. Preparamos una sartén grande con un chorrito de aceite de oliva y añadimos los ajos picados. La ponemos al fuego hasta que los ajos empiecen a dorarse.
3.- Incorporamos ahora las patatas a la sartén, vigilando que no les quede agua, y las aplastamos con un tenedor. Añadimos ahora la nata (crema de leche).
4.- Removemos hasta que la nata (crema de leche) se haya incorporado bien y añadimos ahora el bacalao, que habremos limpiado, escurrido y troceado. Removemos y veremos que enseguida queda desmigado. Comprobamos que esté bien integrado y que el bacalao está bien hecho. No habrá tardado más de un par de minutos.
5.- Añadimos ahora un puñado de perejil picado y el ajo negro también picado. Removemos y apagamos el fuego.
Montaje del plato:
1.- Utilizaremos un aro de emplatar de unos 10 cm de diámetro. Escurrimos el tomate y colocamos una capa al fondo del molde. Colocamos a continuación una capa de lentejas y, finalmente, una capa de brandada.
2.- Acompañamos de un poco de ensalada de lechuga.
3.- Retiramos el aro y terminamos el plato con un chorrito de aceite de oliva virgen extra por encima.
Sugerencia:
– Servir templado. La brandada y las lentejas, con ese punto de temperatura, creo que ganan mucho.
Espero que os guste y que lo probéis. Está muy rico.
¡Que aproveche!