Siguiendo con las recetas de cuaresma, después de la receta del potaje de vigilia hoy te traigo otra receta muy típica de esta época pero que al igual que comenté con la otra receta, se puede preparar en cualquier época del año.
La brandada se suele preparar de bacalao pero también hay quien prepara brandada de merluza o de salmón que están igual de buenas o aún más. El origen de la brandada se remonta al siglo XVI en el litoral mediterráneo donde se preparaba una especie de alioli al que se le añadía bacalao, pero en la época de la Revolución Francesa la receta llegó a Paris y allí decidieron suavizarla y adaptarla a su gusto añadiendo leche y nata (crema de leche) entre otros ingredientes.
La receta que te traigo, si te fijas verás que tiene un tono un poco más oscuro de lo normal, incluso se ve como moteada y eso es debido a que he utilizado harina integral, ya que es la que compro habitualmente, para evitarlo únicamente tendrías que utilizar harina blanca.
Se puede poner como primer plato o en el centro de una mesa para picar entre varias personas. Yo lo he preparado para compartir, pero en caso de ponerlo de primer plato serían 2 raciones.
Ingredientes para una ración como la de la foto:
300 g de bacalao desalado
4 dientes de ajo
40g de harina
200 ml de leche
200 ml de nata (crema de leche) de cocinar
1 pizca de nuez moscada
AOVE
Preparación:
Primero de todo decir que la receta usa bacalao desalado, si tienes del salado tendrías que desalarlo poniéndolo en remojo durante 48h y cambiándole varias veces el agua.
Ponemos el bacalao en un cazo con la piel hacia arriba y cubierto de agua. Cuando empiece a hervir se apaga, se tapa y se deja reposar 5 minutos.
Mientras en una sartén ponemos 2 cucharadas de aceite de oliva y los ajos laminados y los freímos a fuego lento, muy poco a poco para que desprendan todo su sabor pero vigilando que no se quemen, cuando empiecen a estar dorados apagamos y lo reservamos en el vaso del túrmix.
Ahora vamos a desmenuzar el bacalao: lo sacamos del cazo y lo ponemos en un plato o cualquier superficie de trabajo y con las manos lo vamos desmenuzando en trocitos pequeños asegurándonos que no hay ninguna espina y lo ponemos en el vaso junto con el aceite y los ajos.
En la misma sartén que acabamos de utilizar ponemos la harina y la tostamos un poco para que luego no se note su sabor. Añadimos la leche y removemos bien la bechamel, cuando empiece a espesar la salpimentamos y ponemos una pizca de ralladura de nuez moscada.
Cuando la bechamel está espesa ya la podemos pasar al vaso del túrmix junto con el bacalao y los ajos, y trituramos todo.
Se puede triturar mucho en una potencia más fuerte, dando por resultado una especie de crema o simplemente triturar un poco en potencias más bajas, para que se mezclen bien los ingredientes pero que se note todavía la textura del bacalao dando un resultado más rustico.
Volvemos a poner nuestra mezcla en la sartén que hemos estado utilizando todo el rato, le añadimos la nata (crema de leche) y removemos bien con la cuchara de madera para que se integre en el resto de la mezcla. Cuando empiece a hervir es el momento de apagarlo.
Podemos servir directamente o dejarlo preparado para más tarde, y en el último momento darle un toque de horno para calentarlo y que quede con este aspecto un poco dorado.
Se puede acompañar de pan de cualquier tipo, preferiblemente tostado, de picos, utilizarlo para rellenar pimientos del piquillo, en una ensalada, rellenando unos calabacines, o incluso preparar alguna presentación un poco más elaborada para días especiales.
Espero que te haya gustado, si decides prepararla sobretodo etiquétame o mándame una foto por mail a info@cookslow.es para que pueda ver cómo te ha quedado!
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¡Un abrazo!