Supongo que si las comiera durante todo el año, me aburriría de ellas, pero como me pasa con todos los platos que se hacen para una época concreta, me encantan.
El año pasado aprendí a hacerlas al horno y os garantizo que salen tan buenas como las clásicas fritas. Además de ser menos calóricas, nos quitamos la parte más engorrosa de hacerlas, que es freírlas, con la que se lía.
Ingredientes:
- 1 barra de pan
- 1 litro leche
- 200 gr. azúcar
- 4 huevos
- piel de un limón o naranja
- 1 rama de canela
- 2 cucharaditas de canela en polvo
Elaboración:
En un cazo hervimos la leche con el azúcar, la piel de un limón o naranja y la rama de canela. Una vez que comience a hervir la retiramos el fuego y la dejamos reposar por unos cinco minutos para que vaya tomando todos los aromas.
Cortamos el pan en rebanas de un centímetro aproximadamente. Es ideal el pan que venden en estas fechas para hacer torrijas, pero os vale igualmente una barra de pan del día anterior, mejor que esté un poco durita.
En una bandeja o fuente, vamos poniendo las rebanadas de pan y añadimos la leche infusionada, más bien tibia, y dejamos que se vaya empapando con la leche.
Batimos los huevos y pintamos las rebanadas, las metemos en el horno en una bandeja con el grill al máximo (unos 200-220º) hasta que se doren, aproximadamente unos 5 minutos.
Si no se han dorado por debajo, podemos darles la vuelta.
Dejamos enfriar, y rebozamos con la mezcla de azúcar y canela.
Trucos:
Si utilizáis pan normal, tendréis que dejar un poco más de tiempo el pan con la leche, pues suele tardar más en empaparse.
Cuando peléis el limón o la naranja, acordaros de hacerlo lo más fino posible, pues lo blanco amarga. Para ello, utilizad un pelador, que será más fácil.