Blogger a veces tiene sus cosas. Yo esta entrada la había programado para que el Viernes Santo desayunaran unas tradicionales torrijas pero no sé muy bien que pasó que no se publicó. Quizás no tenga mucho sentido publicarla ahora pero como mi trabajito me costó, ahí va mi receta de torrijas.
Las torrijas son un postre típico de Semana Santa. A mí este postre me transporta directamente a mi niñez y es que en casa las torrijas se comían en cualquier época del año. Me sorprende cuando leo en blogs o veo en panaderías, carísimos panes que llevan el cartel de "Pan para torrijas". No se dejen engañar: las torrijas son un postre rico, fácil y barato que no necesita de ningún pan especial. La única premisa es que el pan esté duro para que no se desmigaje al hacerlas; mejor de un día para otro y si es un buen pan de pueblo pues mejor que mejor.
Recuerdo llegar a casa y oler a canela nada más entrar por la puerta y ya saber que había torrijas. Mi madre era muy de cocina de aprovechamiento y muchos fines de semana hacía torrijas con el pan que había sobrado del día anterior.
A mí también me gusta hacer las cosas porque sí: sorprender en la cocina siempre es una alegría para los demás y la memoria gastronómica nos acompañará siempre.
Mejor les dejo de contar mis historias y pasamos a la receta, que es la de mi madre.
Los ingredientes que se necesitan son pocos y muy básicos: pan, huevos, azúcar, leche, limón y canela.
Preparación:
1. Cortamos el pan en rebanadas de un dedo de grosor.
2. Hervimos la leche con el azúcar, la piel del limón y la ramita de canela.
3. Antes que rompa a hervir, la quitamos del fuego y retiramos el limón y la canela. Empapamos las rebanadas de pan.
4. Después, pasamos el pan por huevo batido y lo vamos friendo. Al sacarlas, le quitamos el exceso de grasa con papel de cocina.
6. Espolvoreamos con azúcar y canela.
Hice unas cuantas con leche de avena y quedaron muy ricas también. Son perfectas como postre o para acompañar el té.
No esperen ninguna fecha, guarden un poco de pan y hagan torrijas cuando quieran. Ni las torrijas, ni las bicicletas tienen fecha exacta en ningún calendario.