Las primera torrijas datan de la Edad Media y se conocían con el nombre de "torrejas", normalmente se tomaban con vino. Se elaboraban y consumían en cuaresma, posiblemente, para aprovechar el pan sobrante ya que se prescindía de la carne y por este motivo se consumía menos.
En Portugal se elaboran de forma similar a la española.
Se conocen como Arme Ritter (en alemán: «caballeros pobres») en Alemania, Pofesen en Austria, Fotzelschnitten en Suiza, Bundás kenyér en Hungría y Wentelteefje en Países Bajos.
Al igual que en los demás países de habla inglesa, se conocen como french toast (tostada francesa).
En Fancia se conocen como pain perdu (pan perdido).
Con el tiempo también se hicieron famosas en el continente americano.
Ingredientes
1 barra de pan especial para torrijas o pan del día anterior en rebanadas
3 huevos
La piel de un limón
1 palo de canela
1 litro de leche
7 cucharadas soperas de azúcar
2 cucharadas soperas de canela en polvo
Preparación
Hierve la leche con el palo de canela y la piel de limón.
Mezcla el azúcar y la canela en polvo en un plato hondo y reserva.
Pon las rebanadas de pan, de 2 en 2, en una fuente honda y echa la leche por encima hasta que se empapen muy bien. Manéjalas con una espumadera o paleta.
Pásalas por huevo batido y fríelas en abundante aceite. Escurre bien.
Emborrízalas con la mezcla de canela y azúcar.
Colócalas en una fuente y tápalas para que se enternezcan las cortezas.
Estarán mejor de un día para otro.