Conocida como Torta delle Rose en Italia, esta tarta de rosas cuenta ya con más de seis siglos de historia. Si, exacto, estáis leyendo bien, y es que este tipo de pastel de brioche fue creado para una ocasión muy especial. Fue en el s. XV, en Mantua, una ciudad de la región lombarda, y su elaboración fue creada en la boda de Francesco II de Gonzaga e Isabella DEste, marqueses y gobernantes de la ciudad en época renacentista. Se dice que la belleza natural de la esposa inspiró al cocinero de aquel banquete, Cristoforo Messisbugo, creando esta tarta tan especial.
Se cuenta que sorprendió mucho a los invitados porque parece un cesto de rosas, cuyos capullos están a punto de abrir. Es justo ese momento el que se representa y fue una sorpresa en la época. Se convirtió en una elaboración muy sonada en los recetarios no sólo de Mantua, sino de Brescia y del Lago de Garda. Se dice que su origen es de inspiración veronese, de la ciudad de Verona. Sea de la zona de Lombardía o del Véneto, es todo un clásico en el norte italiano como nos cuenta en su blog Lisa Fregosi.
Desde entonces, se ha elaborado en muchas pastelerías y son muchos los italianos que la hornean en casa. Es destacable la que nos ofrece la pastelería Scaravelli, que la hace con más altura y mucho más definido el brioche o la versión más sencilla de Antoniazzi. Ambas pastelelerías continúan la tradición de este pastel levado con tanta historia. Y es que ha estado siempre ligado a la figura de la mujer, ya sea a una esposa en sus orígenes, como presente a mujeres parturientas para recuperar fuerzas o en la actualidad como regalo para el Día de la Madre.
Si hay una versión que ha sido más extendida por su popularidad en el país y en el extranjero, es la del maestro insigne Iginio Massari. Este chef pastelero de Brescia ha llevado a todos los hogares su versión en dos modalidades, la más sencilla de levado rápido o la compleja, de dos días de elaboración. Os invito a que visitéis alguna de sus pastelerías si viajáis a Italia. Os fascinará.
Casualmente, he descubierto que el pasado 4 de mayo, fue el día nacional de este pastel según el calendario del cibo italiano (comida italiana). Me uno a la celebración con esta versión que no toma más de una mañana prepararla. Aunque por los tiempos que manejo últimamente, la dejé levando la noche anterior en la nevera.
Esta receta lleva relleno de mermelada de melocotón. También es muy común el relleno de albaricoque o de naranja. Se puede decorar con azúcar glass o almendras. En mi caso la pinté con un poco más de mermelada.
¡Pasamos a la receta!
Ingredientes: - 240 grs. harina trigo
- 220 grs. harina de fuerza
- 10 grs. levadura fresca
- 80 grs. azúcar
- 80 grs. mantequilla
- 1 huevo + 1 yema
- 150 ml. leche
- ralladura de limón
- 180 grs. mermelada de melocotón
Preparación:
En primer lugar ponemos la harina en un bol o en nuestra amasadora haciendo un volcán en el centro. Añadimos la levadura, el azúcar, el huevo y la yema, la mantequilla a cuadritos y la ralladura de limón.
Amasamos un poco hasta que se mezclen un poco todos los ingredientes.
Añadimos a continuación la leche templada en varias tandas, nunca de golpe, y amasamos unos minutos hasta obtener una masa suave y elástica.
Boleamos y la dejamos levar en un bol cubierto con papel film sobre una hora u hora y media. Hasta que doble el volumen. Una vez ya doblado, amasamos un poco para retirar el exceso de aire. Espolvoreamos la superficie con un poco de harina y estiramos la masa en forma de rectángulo. Es como si hiciéramos rollitos de canela.
Extendemos la mermelada de melocotón por toda la superficie respetando los bordes. Dejaremos 1 cm. más o menos de distancia en cada lado. Enrollamos por la parte más larga. Cortamos ahora en rodajas de 2 centímetros. Utilizaremos un molde circular de unos 24 cm.
Ponemos papel en la base y engrasamos el lateral. Disponemos una rosa en el centro y el resto alrededor. Veréis que sobra espacio pero no os preocupéis que hay que dejarlo levar de nuevo. Lo tenemos unos 40 minutos o 1 hora hasta que doble de nuevo.
Una vez bien bonitos como en la foto que tenéis más arriba, lo pintamos con un poco de leche. Horneamos con el ventilador a 180 grados unos 30-35 minutos. Retiramos cuando estén dorados. Pintamos con un poco de mermelada y dejamos enfriar en rejilla. Buon appetito!
¿Alguien en la sala conocía esta tarta de brioches? estoy segura que sí. Si es la primera vez que has leído su historia, házmelo saber en comentarios. Me fascina investigar la historia de los postres y el recorrido que tienen hasta nuestros días. La tradición es una parte muy legada a la cocina que la hace única y muy especial.
El mundo tiene historias maravillosas que ofrecernos con muchos de sus platos y postres. La que era la tarta de bodas hace unos cuantos siglos y que fascinó a los invitados, hoy es un clásico del norte italiano y una elaboración que muchos conocemos o quizás hemos versionarlo sin conocerlo.
Continuaré ofreciendo historias a través de las versiones de mis postres, creo que no hay finalidad más hermosa y honesta para un periodista que contar historias que nos aporten algo cada día. Que con las palabras nos levanten un pensamiento, un recuerdo, una opinión...eso para muchos de nosotros es nuestra vida y la magia de este oficio.
Un abrazo y nos vemos pronto.
Maribel García