Crujientes, empiezas y no puedes parar...
... con su azúcar caramelizado...
... toda una tentación!!!
Me relaja pasarme un rato en la cocina y probar de hacer recetas de cualquier tipo, dulces o saladas. De las recetas dulces siento preferencia por las de toda la vida como estas tortas de aceite de más de un siglo de antigüedad.
Esta receta se la ví a nuestro compañero blogger Alfonso del blog ""Un padre cocinillas"" y nada más ver la receta quise hacerla. La retoqué un pelín. Hice varias pruebas hasta dar con la que más me gustaba, sobre todo con el tema horno y caramelización del azúcar.
Gracias Alfonso y si no conocéis todavía su blog ya estáis tardando...
INGREDIENTES PARA 12 TORTAS:
200 g de harina
un pellizco de sal
1"5 cucharadiras tamaño café de levadura deshidratada de pan. Lo he probado con impulsor (levadura química y también salen).
80 ml de aceite de oliva virgen
80 ml de agua
20 g de azúcar ( 2 cucharadas soperas)
opcional 1 cucharadita de anís (licor). esto es de cosecha propia, las originales no lo llevan pero yo se lo he querido poner!
1 cucharada y media sopera de anís en grano (matalauva)
1 cucharada y media sopera de sésamo (ajonjolí)
azúcar para rebozarlas
ELABORACIÓN:
En un bol ponemos todos los ingredientes juntos (menos el azúcar para espolvorear) y los mezclamos con la mano hasta que queda una masa uniforme.
Hacemos una bola, la tapamos con film y la dejamos reposar durante una hora (como mínimo) a temperatura ambiente. Podemos dejarla reposar hasta un día en el frigorífico y sacarla 30" antes para poderla estirar bien.
Después de una hora preparamos un par de bandejas de horno y las forramos con papel de aluminio
Encendemos el horno para que se vaya calentando a 180º-190º, arriba y abajo con aire.
Dividimos la masa en bolitas de 30g.
Para estirar cada bolita utilizamos dos trozos de papel de hornear y las ponemos en medio, así al estirarlas con el rodillo no se nos pegan aunque es una masa que no se pega. También podemos probar de hacerlas con las manos tal y como se hacen las auténticas.
Estiramos cada una de las bolitas dándoles forma redondeada y con un diámetro aproximado de 12 cm. cada una. Quedan bastante finas.
Pasamos cada una de las tortas por una bandeja llena de azúcar y así se pega una capa de azúcar por toda la superficie de la tortita.
Necesitaremos dos bandejas de horno para ir alternándolas pues en cada horneada caben pocas tortitas.
La bandeja la ponemos en el centro del horno durante 5". Después de estos 5" sin tocar la bandeja del centro del horno encendemos el gratinador a la mínima potencia durante un minuto a minuto y medio. Esto hará que caramelice el azúcar pero hay que estar absolutamente pendientes porque en cuestión de dos o tres segundos se nos puede quemar.
Consejos:
En la bandeja del horno es mejor poner papel de aluminio que papel de hornear pues con el gratinador se quema; me pasó en la primera tanda. Aunque se pueden poner directamente sobre la bandeja.
Podemos estirar las tortitas a mano o con el rodillo. Con el rodillo quedan con el mismo grosor pero a mano podemos hacer que el borde quede un poco más grueso y a la hora de hornear va mejor pues se empiezan a dorar por los bordes y como son tan finitas pueden tostarse demasiado.
Hay que estar muy pendientes del horno pues en cuestión de segundos pueden pasar de estar perfectas a empezar a quemarse.
Las tortas de aceite más famosas son las de Inés Rosales ¿Quién no conoce las tortitas de Inés Rosales???
En el vídeo podréis ver como las hacen, todavía de forma artesanal. Las chicas que las hacen son verdaderas expertas, qué manos, qué arte!