Son unas tortas de aceite muy sencillas, delicadas y crujientes, inspiradas en las populares tortas de aceite de Inés Rosales y que cuentan con el sello de la Unión Europea como Especialidad Tradicional Garantizada ETG.
Son unas tortitas que solemos ver en los supermercados y que compramos de vez en cuando porque están riquísimas. Pero a pesar de tenerlas tan a mano cada vez que vamos al super, hacer las tortas de Inés Rosales en casa es muy sencillo, todos sus ingredientes son fáciles de tener en casa o de poderlos comprar.
La historia de las tortas de aceite viene de principios del siglo XX en el pueblo sevillano de Castilleja de la Cuesta, allí los vecinos hacían las tortas en los hornos de leña y las consumían durante las fiestas de Pascua.
Su popularidad se extendió por toda Andalucía gracias a una mujer de Castilleja, Inés Rosales, que empezó junto a su prima y otras mujeres de la localidad, a vender las tortas en puntos estratégicos del pueblo. Inés se convirtió en aquella época en una de las primeras mujeres empresarias de España, y con el tiempo la extendió por el resto de España hasta crear el imperio que son ahora mismo.
Como ya os podéis imaginar, la receta es de Ibán Yarza, del libro “100 recetas de pan de pueblo”, que siempre hace que todo parezca muy sencillo, gracias a sus explicaciones.
El sabor en las masas del anís en grano, matalauva o llavoretes, me encanta, les da un toque adictivo que hace que empieces a comer y no pares.....
Yo he utilizado el aceite de siempre en mi casa, el aceite de oliva virgen extra de la cooperativa Sierra de Espadán, el aceite de Artana.
Las tortas las formaremos a mano, sin rodillo, por lo que cada tortita tendrá una forma, con partes más finas que se tostarán más, y otras más gruesas donde la masa será más crujiente y algo más hojaldrada.
Ingredientes:
300g. de harina panificable suave.
125g. de aceite de oliva virgen extra.
110g. de agua.
15g. azúcar.
10g. de aguardiente dulce de anís.(1 cucharada sopera)
5g. de anís en grano. (1 cucharada sopera)
3g. de sésamo o ajonjolí. (1 cucharada de postre)
3g. de sal.
6g. de levadura fresca.
Modo de hacerlo:
Mezcla todos los ingredientes y luego amasa hasta que quede fina. Yo he amasado en la panificadora con el programa de amasado que dura 15 minutos, pero puedes hacerlo en la amasadora a intérvalos, o a mano durante unos 10 minutos.
Cuando la masa esté bien fina, deja que repose 15 minutos.
Divide la masa en porciones de unos 50g. y boléalos ligeramente.
Deja que reposen unos 20 o 30 minutos para que la masa esté muy relajada y se pueda estirar bien.
Prepara un plato con azúcar.
Vamos con el formado de las tortas:
Coge una bola de masa con una mano, colócala en la palma de la mano contraria, apretando para extenderla por la palma hacia la parte de la muñeca, como si la untáras sobre la palma.
A continuación, con el dorso de la mano que unta, estira la masa en el otro sentido, hacia los dedos. Así, la masa estirada ocupará casi toda la palma. (Puedes verlo mejor en las fotos)
Mantén la masa extendida en la palma, y presiona con ella sobre el plato lleno de azúcar, de modo que la torta quede completamente impregnada por un lado.
Coloca la torta sobre una hoja de papel de hornear dejando la parte con azúcar hacia arriba.
Con la torta sobre la hoja de papel, corrige la forma hasta que quede un disco de unos 13 cm de diámetro.
Precalienta el horno a 220°C, con calor arriba y abajo, sin vapor.
Hornea unos 8 o 10 minutos, hasta que veas que las tortas estén doradas y crujientes.
Deja que se enfríen en una rejilla.
El aceite de oliva virgen extra y los aromas de anís y sésamo o ajonjolí, hacen irresistible a este dulce andaluz tan tradicional.
Espero que te guste.