Desde que recuerdo, en mi familia siempre hemos tenido gallinas y por lo tanto huevos frescos. Cuando pasábamos los fines de semana en La Casilla, recuerdo ir con mi padre o con mi abuelo materno a echarle de comer a las gallinas y recoger los huevos. En mi dieta siempre había huevos, ya fueran crudos, fritos, pasados por agua, revueltos o en tortilla.
Los que me conocéis sabéis que con una tortilla de patatas y cebolla se me tiene ganada.
Nunca se me hubiera ocurrido hacer una tortilla con batatas, pero con lo que me gusta la tortilla y los boniatos, no me pude resistir a hacer la receta de Jamie Oliver que presenta en su libro Ahorrando con Jamie.
Ingredientes para seis personas:
8 huevos grandes
2 boniatos medianos
300 g de espinacas congeladas
70 g de queso feta
40 g de cheddar
1 nuez moscada
sal
pimienta
aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Precalentamos el horno a 190ºC.
Limpiamos bien los boniatos y los secamos. Los frotamos con sal, pimienta y aceite de oliva. Los ponemos en una bandeja de horno y los asamos durante unos 50 minutos o hasta que queden tiernos.
Transcurrido este tiempo, los retiramos del horno y dejamos enfriar hasta que se puedan manipular.
Mientras esperamos vamos a ir preparando el resto de los ingredientes, sacamos las espinacas del congelador y los huevos del frigorífico, pesamos los ingredientes que necesiten pesarse y rallamos el queso cheddar.
A continuación, ponemos a fuego medio una sartén anti adherente y resistente al horno de 28 cm, con un chorreoncito de aceite, las espinacas, nuez moscada molida y salpimentamos. Cocemos hasta que las espinacas se descongelen, removiendo de vez en cuando hasta que se haya evaporado todo el líquido.
Mientras las espinacas se están haciendo, cascamos los huevos y los batimos en un cuenco con un poco de sal. Añadimos la mitad del queso feta desmenuzado, la mitad del queso cheddar rallado y mezclamos bien.
Una vez las espinacas estén listas, retiramos la sartén del fuego.
Lo que vamos a hacer a continuación, se tiene que hacer bastante rápido. Vertemos la mezcla anterior en la sartén y lo distribuimos bien. Echamos unos trozos de boniato por encima, con piel o sin piel, como prefieras, la piel de aporta un sabor más terroso. Echamos por encima el resto de queso feta desmenuzado y el resto del queso cheddar rallado. Metemos la sartén directamente en el horno dejando que se haga la tortilla durante 13 o 15 minutos, o hasta que quede esponjosa y dorada.
Presentación:
La podemos servir directamente en la sartén o en una tabla. Un acompañamiento perfecto es una sencilla ensalada verde con un aliño de limón. Yo en este caso la he hecho con espinacas frescas.
Un vino joven como Laya es el ideal para acompañar a esta rica comida. Se trata de un tinto de denominación de origen Almansa que aunque joven ha pasado cuatro meses en barricas de roble francés y combina las cualidades de dos variedades de uvas, la Garnacha Tintorera y la Monastrell.
Este vino es complejo y equilibrado, de color rojo picota, en el que se aprecian aromas a frutas maduras y notas florales y en boca ofrece una explosión de frutas con un largo, suave y dulce final. Aconsejable tomar a una temperatura de 15ºC.
Bon appétit!!!