Cuando estuve en España en verano descubrí que allí venden en el Mercadona (¡qué no tendrá el Mercadona!) una mezcla ya preparada de tortilla y cebolla a la que hay que añadir solamente el huevo. Aquí en Holanda la tortilla de patatas no es tan popular, así que no me esperaba yo un preparado similar. Lo que sí es cierto es que los holandeses son bastante vagos para cocinar: si se lo pueden dar pelado, picado, troceado y precocinado, mucho mejor. Así que me fui a dar una vuelta por las neveras de productos preparados y me encontré con esto:
Lo de la izquierda son cebollas troceadas en tiras y lo de la derecha patatas picadas en cubitos, las dos de la marca propia “AH”, del supermercado Albert Heijn, que viene a ser el Mercadona holandés. Me fui corriendo a casa con mi botín y no esperé más para ponerme manos a la obra. Las patatas eran 600 gr y las cebollas también. De la cebolla puse la mitad de la mezcla. Una pequeña capa de aceite de oliva suave en la sartén (desde luego, bastante más que la cucharada sopera diaria que tengo prescrita, pero hey… what the ***!). Lo que no sabía muy bien era cuántos huevos echarle. Al final le puse 3 y quizás habría quedado mejor con 4. El resultado, espectacular. Ni se notaba la diferencia. A partir de ahora, never more pelar patatas y llorar picando cebollas. El único punto que tengo que lamentar fue el ardor de estómago que me dio horas después de haberme zampado la mitad, pero eso ya era de esperar dados mis problemillas estomacales. Y además, pensándolo bien, mejor que mi estómago me recuerde de vez en cuando que salirme del camino dietético pautado no es la mejor idea.
Aquí os dejo una muestra del resultado final. Como veréis, está para comérsela. ¡Buen provecho a todos los que os toque tortilla de patatas hoy!
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