Es inevitable que las puntitas se tuesten más de la cuenta. Pero sabe dulce, digo yo que será por el azúcar que contiene la calabaza.
Kürbis Puffer como guarnición de un plato de ternera en salsa con champiñones y setas secas silvestres
Es tiempo de calabazas. Cuando llega esta época día si, y día no, vemos publicada alguna receta con calabaza. Es sano consumir productos de temporada y sobre todo es muchísimo más barato.
Uso la calabaza para dar un toque de frescor a algunos guisos de carne, pero principalmente para
hacer cremas. Me gustan especialmente las que llevan un fondo guisado. Si se hace un pequeño sofrito de cebolla y cocemos con caldo casero de verduras, ave, o carne desengrasado están mucho más sabrosas que hervidas con agua. Aunque hay que tener en cuenta que preparadas de ese modo no nos sirven para las dietas acalóricas.
A la calabaza le quedan bien los condimentos como el jengibre, la nuez moscada, el cardamomo y todas las hierbas aromáticas de secano que se os ocurra.
Mis tortitas de calabaza llevan tomillo, romero y jengibre y están para comerse un plato lleno y repetir.
Igual que las de patata y cebolla (Kartoffeln-Puffer) quedan muy bien como guarnición de carne, o pescado, así como para una cena acompañadas de ensalada y embutidos...
Para 8 tortitas se necesita
300 grms. de calabaza dulce (moscada)
1 patata harinosa grande
1 huevo entero mediano
3 cucharadas rasas de pan rallado
Perejil fresco (opcional)
Tomillo
Romero
3 rodajas de jengibre fresco rallado
Sal
Aceite de oliva suave
Hay que preparar la masa de calabaza. Para ello pre calentaremos el horno a 180º
Mientras pelaremos y trocearemos la calabaza a dados regulares no demasiado grandes.
La introduciremos en una bandeja para horno tapada con papel de aluminio, sin ningún tipo de grasa, y la cocinaremos (30/35 minutos) hasta que esté blanda.
También se puede hacer al vapor.
Escurrir en un colador hasta que pierda humedad. Esto es muy importante.
Aplastar la calabaza con un tenedor. Añadir el huevo batido con un poco de sal. Mezclar bien.
A continuación echar de una en una las cucharadas de pan rallado. Hasta que la masa no absorba una no echéis la otra, de ese modo controlaréis el espesor (observar la foto, la masa debe quedar jugosa, no líquida ni demasiado seca. Cuando veáis que la masa se recoge bien con la cuchara, condimentar con las hierbas aromáticas, sal y el jengibre fresco rallado. El perejil es opcional, lo he puesto por cuestiones estéticas, pero si tenéis en casa no le viene mal.
Dejar reposar en la nevera para que la masa se asiente.
Rallar la patata en un plato hondo. Cubrir de agua y dejar reposar unos 15 minutos.
Escurrir el agua haciendo tope con la mano para que conserve el almidón del fondo. Poner las patatas sobre un trapo de cocina y secar, oprimiéndolas bien, para que se les vaya toda la humedad.
Añadir las patatas ralladas y escurridas a la calabaza que teníamos reservada y mezclar bien.
Rectificar de sal y añadir un poco más de hierbas aromáticas si lo creéis necesario.
Calentar aceite a fuego medio. Tomando como medida una cuchara sopera bien colmada, echar la masa de una en una en el aceite. Aplastar ligeramente con la rasera hasta conseguir un grosor fino.Si se hacen muy gruesas la patata quedará cruda.
Freír por los dos lados. No deis la vuelta a las tortitas hasta que no estén bien doradas por uno de los lados.
Escurrir sobre papel de cocina y servir inmediatamente bien calentitas.
Se pueden comer con queso cheddar fundido. También están muy buenas con yogur o queso fresco.
Las de patata se pueden acompañar con una compota de manzana reineta baja en azúcar.
Kartoffeln-Puffer
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