¡HE VUELTO!
¡Por fin puedo volver a publicar!
Si, han pasado casi dos meses desde mi última entrada y sólo puedo dar las gracias a todos los que siguen estando ahí a pesar de haber estado "fuera de cobertura".
El final del año 2015 y el principio del 2016 han sido algo difíciles y con muchos cambios a nivel personal, que, aunque al final resulten para bien, no dejan de ser cambios y ¡cómo nos cuestan!
El caso es que hasta hace un par de días me he visto sin línea de internet en mi casa y ahora que por fin dispongo de ella lo primero que quiero hacer, de las muchas cosas que tengo pendientes, es pasar por el blog y dejarles una nueva entrada.
Esta es una de esas recetas que necesitan su tiempo, no tanto por la elaboración sino por los tiempos de espera para el fermento, pero que al final valen muuuuuuucho la pena.
Yo suelo ser bastante impaciente a la hora de elaborar cualquier cosa, y me gusta empezar y terminar, pero también es cierto que cuando preparo masas fermentadas me encanta el olor que desprende la levadura en el tiempo de levado. ¿Será porque de manera inconsciente ya anticipo el sabor del resultado? No sé, pero cada día me vuelvo más adicta jejejejeje.
¿Quién podría resistirse sino a una delicia como esta? Y, si además es con sabor a Nutella, ya ni te cuento ¿verdad?
Para prepararla necesitaremos estos ingredientes:
Para el fermento:
1 cucharadita de azúcar
1 paquete de levadura seca de panadería
1 cucharada de harina simple de trigo
125 ml. de leche tibia
Para la masa:
1 cucharada de azúcar
1/2 kg de harina simple de trigo
125 grs. de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
1 huevo grande batido
1 cucharadita de esencia de vainilla
Para el relleno:
250 grs. de Nutella
Para pincelar:
1 cucharada de leche
2 cucharadas de azúcar
Para glasear:
1/2 taza de azúcar glas
1 ó 2 cucharadas de agua
Prepararemos el fermento mezclando en un vaso o bol pequeño el azúcar, la levadura y harina y añadiendo luego la leche tibia poco a poco hasta que veamos que están bien disueltos.
Tapamos con film transparente y dejamos reposar unos 5 ó 10 minutos.
Pasado este tiempo prepararemos la masa poniendo en un bol el azúcar, la harina y la mantequilla troceada en trocitos pequeños. Mezclamos todo bien hasta obtener una textura que nos recuerde a migas de pan.
Añadimos el huevo batido, la vainilla y el fermento y seguimos mezclando hasta que obtengamos una masa homogénea. La pasamos a una superficie enharinada y la trabajamos 2 ó 3 minutos más.
Le damos forma de bola y la dejamos en un bol untado de aceite. Tapamos con film transparente y dejamos que repose hasta que veamos que dobla su tamaño (aproximadamente una hora a temperatura ambiente).
Pasado este tiempo la golpeamos un poco para eliminar el aire y la pasamos otra vez a una superficie enharinada para trabajarla otros 2 ó 3 minutos.
Con ayuda de un rodillo extendemos y formamos un rectángulo de unos 40 x 25 cm aproximadamente y lo cubrimos con la Nutella, dejando un borde de 1 cm. A continuación lo enrollamos sobre sì mismo.
Luego realizaremos un corte longitudinal que divida el rollo en dos mitades, pero sin separar uno de los extremos. A continuación formaremos nuestra trenza enrollado una mitad sobre la otra, como si fuera un cordón.
Lo ponemos sobre una bandeja cubierta con papel de horno y cubrimos nuevamente con film. Dejaremos esta vez en reposo durante unos 30 minutos.
Pasado este tiempo habrá vuelto a aumentar de tamaño.
Precalentamos nuestro horno a 180º y luego horneamos durante unos 20 minutos o hasta que observemos que empieza a dorarse (no conviene pasarse de tiempo porque se secaría mucho la masa).
Cuando estén listos los sacamos y pincelamos con la mezcla de leche y azúcar batidos.
Cuando haya enfriado prepararemos una glasa simple mezclando el azúcar glas y el agua en una taza y cubriremos con ella nuestra trenza (no debe estar demasiado espesa, si es necesario añadir una cucharadita o más de agua).
Y ahora ¡a disfrutarla!