Adoro el hojaldre, no puedo evitarlo. Me piden una receta fácil, rápida y resultona y siempre pienso en hojaldre, así que aquí os traigo otra merienda estupenda y deliciosa, y por supuesto con mi ingrediente fetiche, el que nunca falla, pero no creo que sea sólo el mio, ¿verdad? seguro que os pasa a todos, porque es que teniendo hojaldre, tienes solucionada una cena o merienda, e incluso algún que otro almuerzo o desayuno. Así que ahí vamos, a poner otra versión dulce con esta maravilla.
Esta vez, me había quedado un poco menos de media lata de cabello de ángel de otro postre y antes de que se estropeara decidí aprovecharlo de esta manera, imitando unos pasteles que veo en pastelería y que como también sabéis, son mi reto personal. Eso sí, el hojaldre no es casero, como siempre de Lidl.
Encendemos el horno a 200º, extendemos una plancha de hojaldre fresco, cortamos cuadrados del mismo tamaño {yo uso una regla}, ponemos en el centro una cucharada de cabello de ángel, doblamos por la mitad el cuadrado cogiendo una esquina y uniéndola con la opuesta, de forma que nos quede un triángulo. Cerramos sellando bien todo el borde, pintamos con huevo batido y metemos al horno durante unos 20 min. Cuando estén horneadas, las dejamos enfriar en una rejilla.
Mientras hacemos un almíbar ligero poniendo en un cazo 100 ml de agua y 200 g de azúcar, llevándolo a ebullición. Pintamos con éste los bordes de los triángulos y le pegamos coco rallado por donde acabamos de poner el almíbar.
Listo! en media hora tenemos nuestro pastel de pastelería casero. ;]