El membrillo.
Es una fruta con escaso contenido de azúcares, con lo cual su aporte calórico es bajo, aunque siempre lo consumimos en forma de dulce de membrillo y debido al azúcar que lleva , sube el nivel calórico del alimento. Es muy rico en potasio y en fibra. También contiene vitamina C.
Se me ha ocurrido preparar algo sencillo, ligero, otoñal y sobre todo rico para acompañar con un café con leche; que sirva para merienda o desayuno, ¡eso os lo dejo a vuestra elección!. Y como ya sabéis que me encanta el hojaldre y yo siempre tengo por casa, eché mano de una lámina de hojaldre refrigerada que tenía en la nevera. "¡La compota de la abuela, es la mejor del mundo, mundial!" ¡ja,ja,ja! (como dicen mis hijos) y como tenía en casa un tarro de compota de membrillo casera, no dudé en utilizarlo. ¡Además es una estupenda manera de que los niños tomen fruta! ¿Verdad?
Si queréis nos ponemos el delantal... para preparar unos deliciosos Triángulos Rellenos de Compota de Membrillo.
Ingredientes:
1 Lámina de masa de Hojaldre refrigerada.
1 Bote de compota de Membrillo
1 Sobre de coco rallado para espolvorear
1 Huevo (para pintar el hojaldre)
Preparación:
Entendemos la lámina de hojaldre, en su propio envoltorio para que la masa no se pegue a la mesa.
Trazamos unas lineas horizontales y verticales con ayuda de una regla, que nos servirán de guia para cortar la masa de hojaldre en cuadraditos.
Echamos la compota encima del hojaldre y la untamos por toda la lámina, con un pincel de repostería.
Sobre la compota, espolvoreamos a nuestro gusto el coco rallado.
Con un cortapizzas de rueda, cortamos la masa, siguiendo las lineas que hemos trazado anteriormente. Primero cortaremos en horizontal y luego en vertical, de manera que resultarán cuadrados iguales de hojaldre.
Forramos una bandeja de horno con papel vegetal.
Doblamos la masa por la mitad, de forma que nos queda un triángulo. Y presionamos con cuidado los lados para que no se salga el relleno.
Vamos colocando los triángulos en la bandeja del horno que tenemos preparada.
Precalentamos el horno a 200ºC
Batimos el huevo y con un pincel de repostería, pintamos todos los triángulos. El huevo batido, hará que el hojaldre coja ese color dorado, tan bonito, por encima.
Expolvoreamos de nuevo con coco rallado y lo metemos al horno durante 15 a 18 minutos (eso debéis vigilarlo, como siempre digo ¡cada horno es un mundo!) o hasta que veáis que se empiezan a dorar por arriba. No esperéis mucho porque el hojaldre se quema rápido.
Los retiramos del horno. Dejamos dos minutos enfriar fuera. Pasamos los triángulos a una rejilla de horno para que se terminen de enfriar por completo. ¡Y listos! Sencillo, ¿no?
Los he metido en una caja porque me los llevo. ¡Me voy a tomar un café a casa de una amiga!. ¿Os apuntáis? ¿A qué apetecen a estas horas?
Saludos
María José
¡Y no os olvidéis de poner un dulce en vuestra vida!