Hoy esta siendo un día raro, en el trabajo el ambiente ha estado un poco tenso, yo estoy un poco constipada y aunque tenia ganas de ponerme a escribir alguna entrada en el blog, no me apetecía ponerme a cocinar durante horas en la cocina. Así que he encontrado una trucha solitaria en el congelador y una pata de jamón en el jamonero, y he resuelto la comida de mañana. La verdad es que comer todos los días de tuper en el trabajo es complicado de cara a preparar comidas y al final acabamos comiendo ensaladas y poco más casi todos los días (a quien se le diga… manda narices).
Esta es una creta muy común o por lo menos en casa la hacia mi madre desde que yo era pequeña y me parece muy normal, no se si vosotros la habréis comido alguna vez, para los que no la conozcan pues una idea más.
Vamos con la receta,
Ingredientes
1 trucha grande o dos pequeñas
Filetes de jamón muy finos para rellenar por dentro
2 ajos
Perejil
Chorreón de vino blanco
3 rodajas de limón
Sal
Aceite de oliva virgen
Elaboración
Precalentar el horno a 180ºC, mientras preparamos la trucha.
Lavamos bien la trucha, en la pescadería nos deben de haber quitado las tripas y estar limpia, pero no esta de más echarle un agua para eliminar restos de sangre.
Majamos el ajo y el perejil en un montero, añadimos un chorreón de aceite y ponemos dentro de la trucha junto al jamón.
Ahora cortamos unas rodajas finas de limón, ponemos en el fondo de la fuente de horno, colocamos encima la trucha y añadimos un chorreón de vino blanco, un poco de sal y horneamos 15 minutos.
Cuando la saquemos del horno, servimos en los platos solo la trucha, el limón y el vino sobrante solo son para aromatizar.