Faltaban unos minutos para las ocho menos cuarto de la tarde, habíamos quedado mi marido y yo con nuestros dos amigos, Agustin y Juan, en la misma puerta del Salón de Actos para asistir a la charla-coloquio de Martin Berasategui, en la Alameda Principal de la capital malagueña.
Nos encontramos puntualmente, saludos, besos y presentaciones de amigos. En unos minutos entramos en el edificio, terminado el evento, encuentro y fotos con el gran maestro vasco, entrega y firma del libro que me regalaron, llegó el coctel; una vez pasados “los nervios” y disfrutando de las exquisiteces con la que nos obsequiaron, charlábamos Agustin, Juan, mi marido y yo….cuando se acercó Ana.
Agustin, dirigiéndose a nosotros y a Ana pregunta ¿Os he presentado antes?, respondemos al unísono: sí, sí…al principio, cuando se dirige directamente a Ana y le dice…¡¡ Ana, te presenté a Toñi !! pero ¿Sabes que ella es Carmen Rosa?. La espontaneidad de Ana, su reacción, su cara de sorpresa, con “salero”, fue como la de haberse encontrado con un alguien famoso, como si de una “estrella” de cine, o un famoso "chef", la ví como yo, cuando momentos antes “embobada” me quedé al haberme encontrado con uno de los mejores “chefs” del mundo: Martin Berasategui……
Le faltó pedirme un autógrafo, sí me pidió hacerse una foto conmigo….vamos me hizo sentir un momento de “gloria” gastronómica…..me dió una “estrella” aunque no fuese Michelín.
Es la primera vez que me ocurre, encontrar una persona que siga “Mi cocina” virtual, que personalmente me demuestre que disfruta con ella y que diga que admira las recetas que encuentra; una vez más, me llega al alma que me digan, como hizo Ana, que recuerda los aromas, los platos que le hacía su madre, que le hace viajar en el tiempo y recordar los sabores y las recetas de su progenitora, que al igual que a mi me ocurre, que con cada día que se pasa con su ausencia, se añora más y más.
Hablamos y hablamos………se marcharon todos los invitados, se marchaban los camareros, apagaban las luces….quedábamos nosotros, los cinco, charlando de la vida, del mundo, de cocina…..como buenos amigos.
Ana me pidió una receta, que curiosamente aún no había subido al blog, una receta que preparaba su madre y que ella no recordaba, un plato de antaño que no debería de perderse, una receta deliciosa, llena de historia, con un nombre con poco o ningún “glamour” gastronómico…: “ropa vieja”.
Ropa Vieja malagueña, hermanada con la Canaria y con la ropa vieja que cruzó el gran charco, la ropa vieja Cubana.
Así que sin dilación, aprovechando un buen puchero malagueño (la base de éste plato) la he preparado en su honor, por su naturalidad, su simpatía….sus halagos hacia “Mi cocina” que sé positivamente que es “Su cocina”.
¿Cómo la hice?
Una vez preparado el puchero, al que como primer plato se le puede agregar arroz como en ésta ocasión o fideos, o hacer sopa de picadillo, etc como primer plato, con tan riquísimas viandas quedan para hacer segundos platos, aunque no hay nada mejor que disfrutar la malagueña" pringá " o bien hacer croquetas de pringá , como "borda" nuestro genial cocinero, el malagueño, Dani Garcia (Tres estrellas Michelin).
Si aún queda carne y garbanzos…..y si no hacer de más, o bien preparar esta riquísima receta directamente, sin más dilación.
Desmenuzar la carne del puchero (ternera y si desean también la de pollo), sacar los garbanzos y reservar.
Picar un diente de ajo y un media cebolla en trozos muy pequeñitos.
En una olla o cacerola echar un chorreón de aceite de oliva virgen extra (uso malagueño, como no, en ésta ocasión de Riogordo) y pochar a fuego lento la cebolla y el ajito, con cuidado de que no lleguen a dorar, durante unos minutos.
Echar un chorreoncito de vino blanco (uso fino Montilla-Moriles) y dejar evaporar el alcohol, incorporar dos tomates maduros rallados previamente y freírlos (estarán lista la fritura cuando se vea que burbujea el tomate y el aceite queda encima), removiendo con asiduidad.
Mientras freir patatas cortadas en cuadraditos en una sartén con aceite de oliva, sacar, escurrir en papel de cocina y reservar.
Una vez terminado de freir el tomate, agregar medio vaso de caldo de puchero y remover bien.
En ése momento agregar los garbanzos, la carne desmenuzada y dejar cocer unos minutos hasta reducir la salsa al gusto…probar de sal.
Añadir las patatas fritas, mezclar con el resto de los ingredientes y servir.
Gracias Ana.