Los crêpes provienen de la zona bretona de Francia, de donde se han extendido a todo el mundo. Hay multitud de historias acerca de su origen, pero lo que parece coincidir en todas ellas es que nació como una receta de las clases más humildes, para consumir con las comidas, como si fuera pan, y que su nombre proviene del latín 'Crispus', que significa 'Crespo'.
Preparando la base
Los ingredientes originarios de esta receta son la harina, la leche y los huevos. Después, con el paso de los años, se han ido incorporando otros que enriquecen la masa aún más, aunque lo que sigue haciéndola famosa es su carácter neutro, que permite que sirva de base para alimentos tanto dulces como salados.Para elaborarlos, a los tres ingredientes anteriormente citados sumaremos mantequilla, azúcar, sal y, de manera opcional, licor con aroma de naranja y una rama de canela. Las cantidades de cada uno dependerán un poco del número de crepes o el tamaño que queramos. Para 4 unidades grandes, usaremos 125 gr de harina, 1 vaso de leche, 2 huevos, 50 gr de mantequilla, un poco de sal, una cucharada de azúcar y otra de licor.
En un bol, batimos los huevos y le añadimos la leche. Seguimos batiendo e incorporamos la mantequilla, previamente derretida. Agregamos la harina y seguimos removiendo. Ponemos el azúcar y la sal y, por último, el licor de naranja. Batimos bien y, si observamos que hay una gran cantidad de grumos, podemos colar la mezcla, la cual, posteriormente, introduciremos en el frigorífico 1 ó 2 horas con una ramita de canela.
A la sartén
Uno de los grandes problemas de todo tipo de tortitas y tortillas, es evitar que se peguen en la sartén. Para que nuestros crêpes salgan perfectos, los mejor es usar una sartén lo menos desgastada posible. Además, pondremos antes de hacerlos, un poco de mantequilla en la base. Luego, echaremos un poco de la mezcla que habremos extraído del frigorífico y haremos un crêpe falso, es decir, que no le daremos la forma, sino que sólo lo dejaremos un poco en la sartén para prepararla.A continuación, haremos ya los crêpes. Para ello, echaremos un poco de la mezcla de nuevo. La cantidad que debe tener cada uno depende del gusto de cada persona. Lo que sí es aconsejable es que no queden demasiado gruesos. Dejamos que se dore unos segundos por un lado y le damos la vuelta, bien con ayuda de una paleta o como un auténtico experto, haciendo un juego de mano con la sartén.
Esperamos a que dore por la otra parte y lo colocamos en un plato, para disponernos a extender sobre él lo que deseemos. Para tomar los crêpes como postre o merienda, es muy común usar yogur, helado, chocolate, nata (crema de leche) o frutas. Para tomarlos en la comida o la cena, son muchas más las posibilidades: bechamel con lo que queramos, verduras, pescados, patés. Después, los cerramos, bien enrollándolos o bien doblándolos por la mitad. Lo importante es que te permita mantener bien sujetos los alimentos.
En poco tiempo tenemos elaboradas unos fantásticas crêpes. Como aperitivo, para comer, para cenar o merendar, son una forma fantástica de disfrutar de todo tipo de comida. Si no las has probado aún, ya no tienes excusas para dejarlo pasar.
Recetas:
Crêpes de melocotón
Crêpes con nata (crema de leche)
Crêpes de cítricos
Crêpes de pollo
Crêpes mixtos
Crêpes de chocolate
Crêpes de uva
Crêpes de cangrejo