Aunque con un toque diferenciador, las crêpes son un postre francés parecido a las filloas gallegas o los frixuelos asturianos. No sabría muy bien por cual de ellas decantarme porque tanto las unas como los otros están ligados a mi infancia y juventud.
Recuerdo los veranos en casa de mi abuela y a mi tía Elvira preparando frixuelos que había aprendido de su familia política que era asturiana, y como todos nosotros nos arremolinábamos alrededor del plato donde se iban apilando los frixuelos espolvoreados con azúcar, mientras esperábamos impacientes a que terminara para poder echar mano a alguno.
Después vinieron los años que viví en Galicia, hasta entonces yo desconocía la tradición tan arraigada allí del Entroido como llaman al carnaval, y como en torno a él hay toda una cultura gastronómica, donde las filloas, las orellas y un buen orujo o licor de café son el apoteosis final a buena comida.
La primera vez que probé las crêpes suzette debía tener alrededor del 20 años y aún recuerdo el momento mágico del flambeado, cuando la persona encargada de servirlas, daba el último toque en la mesa prendiéndolas fuego delante de los comensales, toda una experiencia para mi por aquel entonces.
Estas crêpes suzette de hoy son un poco un remix de las tres recetas, le he dado el toque de naranja y cointreau que las caracteriza, pero le he añadido un relleno de crema pastelera que podría ir perfectamente como relleno de los frixuelos o las filloas.
También he querido jugar un poco con el color aprovechando que desde La mejor naranja me enviaron unas ricas y preciosas naranjas sanguinas, Su estacionalidad es corta, por eso quiero sacar el mayor partido posible de ellas mientras estemos en temporada. Tienen un encanto especial y un toque ácido que contrarresta un poco el dulzor de ésta receta.
CRÊPES SUZETTE
INGREDIENTES:
Crêpes:
500 ml. Leche
200 g. Harina
5 Huevos M
50 g. Azúcar
1 Pizca de sal
Mantequilla para pincelar la sartén
Salsa de naranja:
100 g. Azúcar
200 ml. Zumo de naranja sanguina (opcional, puede ser de cualquier otra variedad)
50 g. Mantequilla
1 Chorrito de Cointreau, mayor o menor dependiendo del gusto.
Crema pastelera:
500 ml. Leche
40 g. Maicena
100 g. Azúcar
5 Yemas
1 Vaina de vainilla
ELABORACIÓN:Ponemos todos los ingredientes de las crêpes en un bol excepto la mantequilla, batimos hasta conseguir una mezcla homogénea. Cubrimos el recipiente con papel aluminio y dejamos reposar en la nevera 30 minutos.
Mientras preparamos la crema pastelera, para ello ponemos en el fuego la leche con el azúcar, apartando un poco de leche fría. Abrimos la vaina de vainilla y añadimos las semillas en el cazo. Batimos un poco las yemas y las agregamos a la leche fría, removemos y mezclamos bien con la maicena para evitar los grumos.
Cuando la leche del cazo comience a hervir, apartamos del fuego y volcamos un poco sobre la mezcla de leche fría, yemas y maicena. Removemos de nuevo, volcamos sobre el cazo y acercamos otra vez al fuego. Sin parar de remover para evitar que se pegue al fondo, dejamos cocer unos minutos hasta que espese la crema. Volcamos en un cuenco, tapamos y enfriamos en la nevera.
Preparamos la crema de naranja, poniendo en una sartén el azúcar y la mantequilla dejándola que tome un color dorado, añadimos entonces el zumo de naranja y dejamos hervir unos minutos hasta que espese un poco.
Una preparado el relleno y la salsa, procedemos a elaborar las crepês, para ello pincelamos con un poco de mantequilla el fondo de una sarten, cuando empiece a calentarse vertemos una porción de la mezcla repartiéndola bien de manera que quede una capa fina y uniforme por todos sitios. Cuando la parte inferior esté cuajada, le damos la vuelta y dejamos un minuto al fuego. Sacamos y reservamos y así sucesivamente hasta agotar la masa.
Una vez preparadas todas las crêpes, ponemos un poco de crema pastelera en un cuarto de la circunferencia, doblamos por la mitad, y ésta a su vez de nuevo por la mitad.
Colocamos sobre la sartén con salsa de naranja y las cocinamos un minuto. Añadimos entonces el licor Cointreau, y con cuidado prendemos fuego. Una vez quemado el alcohol, servimos inmediatamente.