La nueva tendencia reclama disfrutar de la gastronomía sin preocupación y beneficiándonos de una temperatura más baja. Hay siete ingredientes estrella que abanderan la preferencia fría.
La venganza recibe, injustamente, el foco de atención absoluto en materia de “platos que se sirven fríos”. Pero la expresión popular no encuentra equivalencia en la realidad: sin embargo, sí existen alimentos clave que entran dentro de la categoría en alza cool & cold, que convierte en tendencia “fría” alimentos que tradicionalmente se han consumido calientes.
¿Por qué?
Porque nuestros receptores internos hacen que percibamos toda una serie de nuevos matices a temperaturas más bajas: de hecho, estudios de la Universidad de Lovaina demuestran que nuestra percepción del sabor disminuye a partir de los 35ºC, al tiempo que aumenta la preocupación por quemarse y se reduce la predisposición al disfrute.
La nueva tendencia reclama el disfrutar de la gastronomía sin preocupación y beneficiándonos de una temperatura más baja; y hay siete ingredientes estrella que abanderan la preferencia fría. Kaiku Caffè Latte, comparte las siete cosas que saben mejor frías:
1. Tortilla de patata. Un clásico de la gastronomía española, que muchos guardan en la nevera con el objetivo de disfrutar de un delicioso ‘pintxo’ al día siguiente. La tortilla de patatas es un plato disfrutado también en frío debido a que el cambio de textura tras una noche en el frigorífico lo convierte en un plato prácticamente nuevo – y con un sabor igual de intenso y característico.
2. Carpaccio, roast beef… Si el naranja es el nuevo negro, el consumo de carne cold es un nuevo gesto cool – servidos con ensalada de rúcula o lascas de parmesano (todo en frío), platos fríos como el carpaccio o el roast beef reviven los aspectos más saludables del consumo de carne.
3. Vino tinto. Con la llegada del último trimestre del año, en Alemania empiezan a surgir los puestos del llamado Glüwhein (vino caliente). Tendencia que entra en conflicto con las opiniones de algunos expertos sumilleres que opinan que algunos vinos tintos como el Malbec se benefician de servirse en frío, al destacarse los matices más afrutados de su sabor.
La pizza en frío sabe mejor porque la grasa de los ingredientes no va impregnando todas sus capas, sino que el queso se asienta sobre el tomate sin mezclarse
4. Pizza. El reciclaje de pizza para consumirla durante el día siguiente es, seguramente, una de las prácticas más conocidas y compartidas de esta lista. ¿Por qué es agradable el sabor de la pizza fría? Según la doctora Cooper de Stirling University, el secreto no está en la masa… sino en las propiedades y el sabor de la salsa de tomate. El hecho de que las fibras contenidas en la masa atrapen la humedad (evitando así que la masa crujiente quede pastosa) tiene un efecto similar al del agua mezclada con aceite: según afirma la doctora Cooper, la pizza en frío sabe mejor porque la grasa de los ingredientes no va impregnando todas sus capas, sino que el queso se asienta sobre el tomate sin mezclarse y potenciando su sabor.
5. Agua. Pese a nuevos gestos ‘detox’ como el vaso de agua templada con limón y en ayunas, la popularidad del agua fresca (por mucho que nos encontremos en estaciones frías) es imbatible. ¿El motivo? Que la sensación de refresco e hidratación es mayor cuando el agua está a una temperatura baja. Además, el agua fría es absorbida por el cuerpo más rápido que la caliente, e incluso puede ayudar a quemar calorías puesto que el cuerpo ha de trabajar para adaptar el agua ingerida a la temperatura ideal de absorción.
6. Tartas. El boom de la repostería casera ha favorecido la popularidad de tartas “al frío”: más cremosas y con distintas texturas en cada bocado, como el carrot cake, el cheese cake, o los pop cakes. La preferencia por este tipo de tartas puede explicarse porque el receptor de sabor TRPM5 (que recoge las señales de sabores dulces, amargos y umami) muestra más potencia cuando la temperatura es más cálida, resultando las tartas en frío, por lo tanto, menos empalagosas.
7. Café. Por último, pero no menos importante: el café frío ha demostrado ser una tendencia en alza, y con múltiples beneficios no sólo asociados a la propia naturaleza del café, sino también a su temperatura. El café frío resalta los distintos matices de sabor mucho más que su alternativa caliente; resulta menos agresivo para el esmalte dental, los receptores de la lengua, y el estómago; tiende a asociarse más con una sensación positiva de hidratación y respiro y es susceptible de consumirse en una mayor variedad de ocasiones y lugares.
Fuentes: www.elconfidencial.com